Por complicaciones de una neumonía murió ayer en Nueva York, su ciudad de nacimiento, el dramaturgo y guionista Neil Simon. Tenía 91 años.

Simon fue considerado “el rey de la comedia” de Broadway, en donde llegó a tener hasta cuatro obras en cartel al mismo tiempo. También fue un prolífico autor para cine y televisión, y estuvo nominado en cuatro oportunidades al Oscar y 17 veces a los premios Tony (que ganó tres veces y por los que recibió una mención especial en consideración a sus aportes al teatro). En 1977 obtuvo un Globo de Oro a mejor guion por La chica del adiós (Herbert Ross), pero también recibió un premio Pulitzer de Teatro (1991), un premio Kennedy (1995) y el Mark Twain Prize for American Humor (2006), entre muchos otros reconocimientos.

Su carrera artística comenzó en los años 50, junto a su hermano mayor, Danny. Escribía guiones para programas de radio y televisión y para piezas de Hollywood, hasta que decidió concentrarse en el teatro. Su primera obra como dramaturgo fue Come Blow Your Horn, en 1961. Fue el único autor que tuvo, en vida, y desde 1983, un teatro con su nombre.

Sus primeros grandes éxitos en Broadway fueron Descalzos en el parque y La extraña pareja (1965), a los que siguieron Plaza Suite (1968), El prisionero de la Segunda Avenida (1971) y La pareja despareja (1974). De todos estos títulos hubo versiones cinematográficas, que fueron igualmente exitosas.

Había nacido en el Bronx, en el seno de una familia judía pobre, y decía de sí mismo que se sentía como la Cenicienta. Sus padres se llevaban mal, y esa relación turbulenta hizo que muchas veces Neil terminara mudándose a casa de otros familiares. Encontró refugio en la comedia, que su hermano le impulsaba a escribir desde la adolescencia, asegurándole que sería el comediante más gracioso del país. Danny no estaba tan errado: según The New York Times, la prolífica obra de Simon “contribuyó a redefinir el humor estadounidense”, y se lo considera uno de los más finos retratistas de la sociedad en la que vivió.