Ya hace más de medio siglo que el magistral escritor Ernest Hemingway se suicidó a punta de escopeta, y, más allá de sus grandes hallazgos narrativos, sigue sorprendiendo a sus seguidores: la revista literaria estadounidense The Strand Magazine, que también ha sido la responsable de difundir obras poco conocidas de autores como Raymond Chandler y John Steinbeck, publicó “A Room on the Garden Side”, un breve relato ambientado en el verano de 1957, año en el que Hemingway escribió una serie de cinco obras breves sobre sus experiencias de la Segunda Guerra Mundial. Al poco tiempo se las mandó a su editor, Charles Scribner y, como se ha reproducido en varias ocasiones, en ese momento le escribió una carta advirtiéndole que las “historias podrían ser un poco chocantes porque lidian con tropas irregulares, combates y personas que matan a personas [...] De todos modos, siempre puedes publicarlos después de mi muerte”.

Estos relatos –que Hemingway dejó en custodia de su editor– ahora pertenecen al archivo de la biblioteca Museo John F Kennedy de Boston, donde los académicos pueden consultar los manuscritos de “A Room on the Garden Side”, “Black Ass at the Crossroads” –el único que se publicó hasta el momento–, “Indian Country and the White Army”, “The Monument” y “The Bubble Reputation”.

En el caso de “A Room on the Garden Side” la historia transcurre en el hotel Ritz de París, y sigue al narrador y a un grupo de soldados que tienen que abandonar la ciudad al día siguiente, pero antes aprovechan el tiempo que les queda bebiendo vino, compartiendo citas de Marcel Proust, Victor Hugo y Charles Baudelaire, y debatiendo sobre el “sucio oficio de la guerra”. Según difundió The Strand Magazine, el cuento está narrado en primera persona por un escritor llamado Robert, y su relato se desarrolla poco antes de que París se liberara de la ocupación nazi (agosto de 1944).

Kirk Curnutt, uno de los miembros de la junta de The Hemingway Society, adelantó que “A Room...” “contiene todos los elementos característicos que los lectores adoran de Hemingway”, a la vez que está cargado de conversaciones sobre escritores como Proust, Hugo y Alexandre Dumas, y “la historia pregunta implícitamente si la herencia de la cultura parisina puede recuperarse de la oscura mancha del fascismo”.