Gloria Rodríguez, diputada del Partido Nacional (PN), fue la única mujer afrodescendiente electa de forma directa para esta legislatura. En las pasadas elecciones ingresó a la Cámara de Diputados por la Lista 71, que apoya a Luis Lacalle Pou. Nació y vivió en Melo hasta 1991, cuando se trasladó a Montevideo. Aunque asegura que desde niña se interesó por la política, inició su militancia cuando ya estaba instalada en el barrio Malvín Norte. Rodeada de fotografías de su familia, imágenes de los grandes caudillos del PN –como Wilson Ferreira Aldunate– y algunas otras de Martin Luther King, Rodríguez habló en su despacho con la diaria sobre su trayectoria política y la realidad de Uruguay.

¿Se define como mujer afrodescediente o como mujer negra?

Yo soy una mujer negra. Lo de afrodescendiente lo respeto porque es una forma de identificarnos, porque en general la palabra se ha usado de forma peyorativa. Para mí ser negra es un linaje, me siento sumamente orgullosa de eso. Es un colectivo al que le ha costado mucho llegar. Aún llevamos sobre los hombros el peso de la esclavitud. Nos ha costado sacarnos mucho ese estigma. Ahora, felizmente, podemos hablar de temas de la negritud, pero hace 20 o 30 años muy pocos podían hacerlo con total claridad y respeto por parte del interlocutor.

¿Le parece que habría que modificar la integración en el Parlamento para mejorar la representación de las mujeres y de la población afrodescendiente?

En todos los partidos la mayoría son hombres. Lamentablemente quienes me antecedieron [en Diputados] ingresaron porque los titulares pasaron a ocupar otro lugar. Es más que evidente que hay mucho para trabajar. La población negra no está representada. Como tantas otras poblaciones, no somos la excepción. Nosotros hemos trabajado y votado leyes sobre discapacidad y la posibilidad de que [las personas en situación de discapacidad] ocupen cargos. Ahora: con leyes que no se llevan adelante no solucionamos los temas. Tenemos una ley de discapacidad que no se está cumpliendo y el propio gobierno lo ha reconocido. Yo soy una activista social, he trabajado siempre con los sectores menos favorecidos de la sociedad, y veo que se presentan leyes con soluciones y oportunidades para determinados colectivos, pero cuando llega el momento de ejecutarlas no se cumplen.

¿Sintió discriminación en el Parlamento?

No. Hay una relación muy cordial y de respeto con mis colegas, salvo algunos eventos muy puntuales que fueron de público conocimiento. Una diputada suplente [Susana Andrade, del Frente Amplio, FA] cometió un error de intolerancia hacia aquel que piensa diferente cuando nos agredió con el tema de ser una mujer negra en el PN. Dijo que no era un partido para una mujer negra y menos para una de Malvín Norte.

¿Esos comentarios le dolieron?

No me dolieron, pero sí me preocuparon. Si nosotros, que somos los representantes del pueblo, actuamos con intolerancia y discriminación, qué le podemos pedir al ciudadano. Creo que debemos ser muy cuidadosas con nuestras expresiones cuando ocupamos determinados cargos. Debo de reconocer en los colegas del FA la reacción de apoyo que tuvieron hacia mí.

Hay leyes, como la de violencia basada en género, que no se han podido implementar. ¿Qué evaluación hace de esto?

Creo en la ley contra la violencia basada en género. Necesitamos más presupuesto, pero me preocupa que el partido de gobierno haya gastado dinero en otras cosas, que son importantes, pero no tanto como la situación que estamos viviendo las mujeres. Todos los meses una de nosotras muere a manos de su pareja o ex pareja. Ahora, ¿no es una situación que deberíamos abordar de forma urgente? Todos tenemos el mismo discurso, pero cuando llega el momento de la práctica, ¿qué pasa? ¿nos olvidamos, o estamos legislando para la tribuna?

Afirma que todos tienen el mismo discurso, pero en el PN no hay una sola opinión. Por ejemplo, el precandidato Carlos Iafigliola (Adelante) y el diputado Álvaro Dastugue (Esperanza Nacional) promueven la derogación de la ley integral para personas trans por medio de una recolección de firmas.

Dentro de las discrepancias tenemos una excelente relación, pero considero que es una necesidad legislar y brindar un oportunidad para las personas trans. No estoy de acuerdo con la recolección de firmas, yo voté en general la ley, pero con salvedades.

¿Qué opina de las iglesias evangélicas, teniendo en cuenta que hay legisladores del PN que también son pastores?

No tengo nada que decir de ellas, considero a las iglesias evangélicas instituciones religiosas que tienen vínculos con algunos actores políticos. Es normal que todos tengamos nuestros credos, o no. A veces mezclamos mucho la política y la religión.

Representantes de las iglesias hablan de una “ideología de género” y de un plan para aplicarla.

Eso de la ideología de género a mi me rechina mucho, no voy con eso.

¿Con qué discrepa?

Se quiere imponer ese término, que hace mucho mal. Quienes venimos trabajando y quienes nos antecedieron en la lucha por los derechos de la mujer vemos que estamos retrocediendo por esos radicalismos. Se quiere imponer al trabajo que muchas de nosotras venimos haciendo con ese tema de las ideologías.

¿No cree que personas con determinadas creencias religiosas pueden anteponer sus ideas al interés general de la población?

Las personas con determinadas creencias o credos son parte de la población. No están anteponiendo nada.

La diputada Graciela Bianchi (PN) dijo que el asesinato del fiscal argentino Alberto Nisman se planificó en Uruguay. ¿Sabe algo de eso?

Todo lo que sé, lo sé a través de la prensa. Nunca hablé con la diputada Bianchi de estos temas.

También en 2018 usted puso en dudas las cifras de pobreza del Instituto Nacional de Estadística. ¿En qué se basó?

Integrantes del instituto estuvieron en el Parlamento y manifestaron su preocupación por la falta de recursos humanos, pero yo no me baso en encuestas, me baso en realidades, en las cosas que vemos. Los ponemos en duda porque cuando solicitamos [datos al gobierno] y nunca nos brindan números exactos. El Ministerio de Desarrollo Social [Mides] nos da una cifra, el Ministerio del Interior [MI] y la intendencia nos dan otra, y las encuestadoras privadas otra. Eso quiere decir que el Estado no tiene cifras y que las que dan son para que cierren determinados números, y así mantener el relato del oficialismo de que está todo bien y de que prácticamente vivimos en un paraíso, cuando sabemos perfectamente que no es así.

¿El gobierno manipula las cifras?

No sé si hay manipulación, pero no se hace un seguimiento correcto. Hemos convocado a determinados jerarcas de organismos que llevan adelante políticas sociales y siempre varían los números.

¿Cree que habría que darle más potestades y presupuesto a la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo?

La institución viene funcionando bien. Hace muy poco estamos tratando un proyecto [en Diputados] de modificaciones de la ley que la creó. Hace pocos días fuimos a visitar el directorio y nos recibieron Josefina Plá, Juan Faroppa y Mariana Blengio. Les manifestamos que necesitamos un poco más de tiempo para analizar la situación. La institución cuentan con un presupuesto que no es de los más bajos. Le brindamos nuestro total apoyo a la institución y trabajamos de forma coordinada con la Comisión de Derechos Humanos [de Diputados], de la que cual soy integrante.

¿Qué le parece la propuesta del precandidato Jorge Larrañaga (PN) de modificar la Constitución en artículos que tienen que ver con la seguridad?

Es una decisión que ha tomado el doctor Larrañaga y nosotros respetamos, pero no acompañamos. En mayo de 2018 visitamos a la Guardia Republicana y nos reunimos por más de tres horas con el director [Diego Fernández]. Nos dijo que están preparados para salir y actuar. Puede que necesiten un poco más de recursos humanos, pero lo que de verdad necesitan es una voluntad política para terminar con la inseguridad.

En el próximo período de gobierno, si gana el PN, ¿le gustaría volver a ser legisladora o prefiere desempeñar tareas en algún ministerio?

¡Vamos a ser gobierno! Y el trabajo que hemos realizado en políticas sociales no lo he hecho nunca para ocupar determinado cargo. Mi perfil es el de legislar. En un gobierno de Luis [Lacalle Pou] vamos a tener muchas cosas para hacer desde el Parlamento. Vamos a apostar al cambio, y creo que las herramientas las tenemos, pero debemos ser eficientes y eficaces. Yo apuesto a Luis y a ese cambio, a poder decir las cosas como son. No vamos a tener el temor a dialogar con las otras fuerzas políticas. Vamos a reconocer lo que hicieron otros y tratar de evolucionar.