(Hoy es 21 de octubre. Faltan seis días para las elecciones nacionales)

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

Mientras la situación en Chile es tomada como punto de apoyo para lanzar mensajes referidos a las elecciones de este domingo, no llama la atención que ocurra lo mismo, en mucha mayor medida, con el escándalo que tiene como centro al intendente de Colonia, Carlos Moreira.

El Partido Nacional (PN) tomó con rapidez medidas de reducción de daños, Moreira renunció a esa fuerza política y anunció que, si es elegido como senador por Alianza Nacional (va en el segundo lugar de la lista de ese sector, después de Jorge Larrañaga, y ya no es posible modificar eso), también renunciará a la banca. Pero permanece al frente del ejecutivo departamental, y las polémicas continúan con fuerza en Colonia.

En el departamento, la bancada de ediles del Frente Amplio (FA) planteará en la Junta Departamental que el intendente debe renunciar o ser destituido, y los seguidores de Moreira sostienen que esa actitud es puro oportunismo electoral, que no hubo hechos de corrupción, que tanto Alianza Nacional como el Comité de Ética del PN actuaron sin darle garantías al veterano dirigente, y que todo el incidente se debe a una operación política del sector nacionalista coloniense alineado con Luis Lacalle Pou, que por supuesto niega esto. En todo caso, parece claro que, a tan pocos días de los comicios, lo mejor para los intereses del PN, pero también para el nivel general de la campaña, sería que este hecho lamentable dejara de ser el más comentado en las conversaciones cotidianas.

Los dos principales contendientes por la presidencia de la República estuvieron de gira, Lacalle Pou por el este y Daniel Martínez por el litoral. Ante el mencionado escándalo, que de algún modo introdujo temas morales en la reflexión sobre las decisiones electorales (aunque, como señaló Beatriz Argimón en Maldonado, el asunto tiene que ver con “cómo se maneja el poder”), Lacalle Pou enfatizó los valores familiares, con referencias a su matrimonio y la presencia en un estrado de sus tres hijos.

Martínez realizó alguna alusión a la importancia de no “perder los valores”, pero centró sus intervenciones en contraponer las “certezas” que ofrecería un nuevo gobierno frenteamplista, en contraposición con las dificultades que implicaría para Lacalle Pou articular acuerdos con partidos opositores muy diversos. En esa línea, apuesta explícitamente a conquistar ahora la confianza de los aún indecisos, y en un balotaje la de personas que preferirán a otros partidos este domingo.

El candidato del FA también insiste acerca de su decisión de promover la transformación y diversificación de la matriz productiva del país, con énfasis en el valor agregado que se relaciona con las tecnologías de información y conocimiento. Esta idea marca diferencias de importancia, poco comentadas, con el énfasis de los partidos Nacional y Colorado en mantener la centralidad de la producción agropecuaria (aunque esta, por supuesto, está también atravesada por esas tecnologías).

Hasta mañana.