El presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, expresó que la central sindical no va a tomar partido por ninguna de las dos fórmulas de cara al balotaje del 24 de noviembre, aunque dejó en claro que los dirigentes sindicales son “independientes, pero no indiferentes” ante las propuestas de ambos candidatos.

“Ni éramos neutrales ayer ni lo somos hoy, después de esta elección”, dijo Pereira, que aseguró que los resultados no van a cambiar la forma de pensar de la central obrera y que la sociedad ahora “tendrá que elegir entre dos modelos”. “Pero nosotros no nos vamos a expresar como organización, porque esa no ha sido ni es la posición del PIT-CNT”, expresó. Para Pereira, el rol de la central debe concentrarse en la defensa de los Consejos de Salarios y los derechos “conquistados” de los trabajadores.

Pereira también expresó su preocupación por la alta votación que recibieron “sectores muy conservadores de la oposición”: “más que [Guido] Manini, todo lo que lo rodea”, valoró. Como ejemplo puso a quien fuera el compañero de fórmula de Manini, Guillermo Domenech, que ha “desafiado a la Fiscalía” y “ha dicho que Dios se ha instalado en el cuerpo de Manini para transformar a la sociedad uruguaya, que es de un mesianismo terrible”.

La ola y los excluidos

A título personal, Pereira opinó sobre los resultados de las elecciones y dijo que la sociedad “dio señales, que los candidatos tendrán que ver cómo las asumen”. “No puedo decir que el pueblo es sabio cuando resuelve lo que me gusta y luego, cuando no me gusta, decir que se equivocó”, expresó.

Para el presidente del PIT-CNT, “sin duda hay un aviso a la izquierda de que hay cosas con las que no sintonizó con la sociedad: no se puede tener un discurso homogéneo para la sociedad cuando no toda la sociedad pasa por las mismas circunstancias. Todos podemos estar de acuerdo en que hay un sector de la sociedad que tiene automóvil, se va al este de vacaciones o sale del país, pero no a todas las personas les pasa eso. Y cuando el mensaje es tan homogéneo, se olvida a una parte de la sociedad que todavía tiene dificultades para llegar a fin de mes o no puede acceder a una vivienda digna”. El sindicalista usó el jingle de la campaña del Frente Amplio, “La ola esperanza”, para ilustrar la situación: “Faltó incorporar a la ola a algunos que todavía ni siquiera pusieron la tabla en el agua”. Incluso consideró que hubo candidatos de la oposición que apuntaron, al menos discursivamente, de forma más focalizada a esos sectores. “Hay que tener una mirada mucho más fina ahí”, consideró.

Para hacer frente a estas situaciones, Pereira dijo que es necesario tener “más de un discurso en una campaña”, pero “no para quedar bien con todo el mundo: hay que tener un discurso para mantener los derechos a los que los conquistaron, pero también otro para aquellos que todavía no los tienen, los sectores más débiles de la sociedad”. Según consideró, “por más que la distribución del Uruguay sea la mejor de América Latina, si a la persona no le llegó esa distribución lo va a mirar con cuidado”.

Además, el presidente de la central dijo que viendo lo que ocurrió el domingo en Argentina, “nadie debería dar por terminada la elección”: “Pasamos de tener un presidente golpeado que perdía por más de 20 puntos en las elecciones PASO [por Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias] a uno que estuvo a seis puntos al final. La campaña fue intensa de ambos lados y llevó a Mauricio Macri a acercarse a un número no previsto ni por las encuestadoras ni por los propios políticos. Dar este partido por terminado sería un error para todo el mundo, no sólo para la izquierda, pero eso dependerá de los candidatos y sus elencos”.

La llave

Otro sindicalista que sacó conclusiones del acto electoral fue el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada, Sergio Sommaruga, quien posteó en Facebook: “Para la segunda vuelta, Manini Ríos confirmó que apoyará al partido blanco. Esta decisión, vale decir que bastante previsible, hace a mí entender que la segunda vuelta sea entre la continuidad y la extrema derecha. ¿Por qué con la extrema derecha? Porque las llaves de la mayoría parlamentaria de un eventual gobierno presidido por [Luis] Lacalle Pou las tendrá el partido de extrema derecha”. Para Sommaruga, sin los votos de Manini “la derecha tradicional no tiene mayorías necesarias para gobernar”, y por lo tanto, con sólo 10% de los votos “Manini tendrá la suficiente fuerza parlamentaria para ejercer el poder”. “Por eso, el verdadero balotaje no es entre Martínez y Lacalle, sino entre Martínez y Manini”, concluye.