“Se terminó el recreo para los malandras en este país”. Esa frase, en boca del candidato Guido Manini Ríos, se repetía como un mantra por los parlantes ubicados a lo largo y ancho de un estrado que descansaba en Constituyente y Jackson, frente a la sede central de su partido, Cabildo Abierto (CA), donde este miércoles de noche hizo el acto de cierre de campaña. “Se terminó el recreo para los malandras en este país”. Otra vez. Y cada vez que sonaba, la mayoría aplaudía con efervescencia, como si fuera el debut de esa frase. Había bastante gente para lo que suelen ser los actos de CA en Montevideo: la mitad de la cuadra estaba llena. El entusiasmo se pintaba en banderas y gorros, y hasta en la camiseta de una señora, en la que se podía leer “soy Manini”, con una foto del candidato dando un discurso cuando era comandante en jefe del Ejército. El entusiasmo también invadía al cantautor Ricardo Fernández Mas, que en la previa del acto se mandó una versión engolada y sobreactuada de “A don José”, no sin antes criticar con ahínco que “algunos atrevidos” dicen que esa canción les “pertenece”.

Cuando llegó el momento de los discursos, el puntapié inicial lo dio Irene Moreira, esposa de Manini y tercera candidata al Senado, quien preguntó a los presentes si eran conscientes de “todo lo que había logrado” CA en “tan sólo seis meses”. “Parece que fue ayer”, dijo, recordando el momento en el que su esposo aceptó el ofrecimiento para ser candidato. “Parecía una lucha contra molinos de viento, algo medio titánico: crear las agrupaciones, formar las listas, presentarnos en la interna. Algunos politólogos decían que podríamos cumplir con lo que establece la ley, unos 500 votos; pero fuimos por más, 50.000. Nosotros vamos por todo, porque Uruguay necesita cambios profundos”, señaló.

Aseguró que el país no se puede sostener otros cinco años con más “de lo mismo”, de “corrupción, de robos, de pérdida de valores, pérdida de educación y de salud”, ya que “realmente no podemos más”, y dijo que Manini es quien puede tomar “el toro por las guampas”. Por último, Moreira llamó a votar por su partido, ya que no tiene “la certeza” de si dentro de cinco años se podrá “votar nuevamente”. “Yo no quiero ni una Venezuela ni una Cuba en Uruguay”, remató. “Dios nos libre”, dijo una señora que estaba en primera fila. “Dios nos libre”, repitió.

A mis hijos no los tocan

Guillermo Domenech, candidato a vicepresidente y segundo en la lista al Senado, también recordó los humildes inicios de CA y sostuvo que ahora es “una fuerza arrolladora” que recorrió todo el país y ha “encolumnado a los orientales detrás de este partido que es causa nacional”. Resaltó que en su partido hay blancos, colorados y “frenteamplistas desilusionados”, y que los ex militantes de los dos primeros no renunciaron a “todo su legado histórico”. Así las cosas, destacó a figuras como Fructuoso Rivera, José Batlle y Ordóñez y Jorge Pacheco Areco, por el lado colorado; y Manuel Oribe, Leandro Gómez, Aparicio Saravia, Luis Alberto de Herrera y Wilson Ferreira Aldunate, por el lado blanco. “Dignidad arriba y regocijo abajo, eso también es CA”, remató, citando a Saravia.

Luego, Domenech criticó duramente la “bancarización obligatoria”, que es “una directiva internacional que estos gobiernos cipayos han aceptado”. También fue duro con la “ideología de género”, según la cual “el sexo es una construcción ideológica y no un hecho biológico”, y que “promueve manuales de instrucción sexual que realmente ponen en peligro la salud moral de nuestros niños, de nuestros nietos, de nuestro hijos”. “Yo les digo a esos señores que con nuestros hijos, nuestros nietos no se metan; que ellos decidirán libremente, cuando sean mayores, y sin necesidad de manoseos, cuál será su orientación sexual, y nosotros la respetaremos, como corresponde”, finalizó.

“Se siente, se siente, Manini presidente”, coreaba la gente, cuando el candidato subió por fin al estrado. El ex comandante en jefe del Ejército destacó que ese entusiasmo lo vio “en todos lados” y que es “clarísimo el crecimiento de CA”. Luego se refirió al proceso de “deterioro” del país, que lleva “varias décadas”, y por eso la decisión que se tome el domingo “va a ser de las más importantes de la historia”. Dijo que pueden elegir seguir con el Frente Amplio, pero que, de ser así, no esperen cambios, ya que el candidato del oficialismo, Daniel Martínez, “ha prometido continuar con las mismas políticas de seguridad, de la mano de uno de los responsables de la actual conducción”. “[Gustavo] Leal”, dijo la señora que estaba sentada al frente y antes había invocado a Dios.

Manini subrayó que en el plano económico el FA también seguirá por el mismo camino, por lo tanto, “el derrumbe del país productivo no se va a detener” si gana Martínez. Entonces, “el cambio verdadero” lo representa CA. “No es un retoque ni un maquillaje para que sigan detentando el poder los mismos que los detentan desde hace muchos años”, agregó, y, por último, citó a Herrera: “La quilla de nuestro barco hiende mejor las aguas embravecidas”.