El gobierno presentó ayer la rendición de cuentas del Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC) para el período 2015-2020 y, según los datos presentados por las autoridades, al finalizar el período se habrá invertido 0,4% del Producto Interno Bruto (PIB) en este sistema, con una inversión total de 775 millones de dólares. Hasta el momento, 80.000 familias fueron beneficiarias del sistema y para 2020 se habrán creado 7.000 nuevos puestos de trabajo en el sector de cuidados de niñas y niños, personas mayores o personas con discapacidad, lo que redunda en un total de 58.000 trabajadores remunerados y formalizados en este rubro.

La ministra de Desarrollo Social y presidenta de la Junta Nacional de Cuidados, Marina Arismendi, señaló que la atención de las personas en situación de dependencia resulta “especialmente relevante” porque “su no consideración genera situaciones de desigualdad y de inequidad”. “La resolución del cuidado de quienes tienen algún nivel de dependencia históricamente se ha relegado al ámbito privado”, afirmó. En este sentido, indicó que este sistema nació “con el objetivo de crear un modelo de corresponsabilidad de cuidados entre familia, Estado, comunidad y mercado, y entre varones y mujeres”.

Arismendi aseguró que el gobierno ha cumplido con los objetivos establecidos en 2015 respecto de este sistema. “Nos habíamos comprometido a que al cierre del período de gobierno llegaríamos a invertir 0,4% del PIB en los cuidados y ya en 2019 llegamos a 0,36. Esto puede parecer poco, pero si nos comparamos con Alemania, veremos que después de 50 años este país invierte 1,9% de su PIB en cuidados y nosotros lo logramos en cuatro años”, enfatizó. “Nos comprometimos a llegar en 2020 con una inversión anual de 240 millones de dólares. En 2019 cerraremos con una inversión de 205 millones de dólares a la que habrá que agregar, el año próximo, 68 millones más. Por lo tanto, en 2020 llegaremos a una inversión anual de 274 millones de dólares. Dijimos, además, que la inversión total asumida a los cinco años de la política de cuidados ascendería a 775 millones de dólares; al cerrar 2019 llevamos invertidos 771”, resaltó la jerarca.

Esta inversión, explicó Arismendi, se traduce en varios resultados: al finalizar el período, 86.000 niñas y niños de hasta tres años podrán asistir a servicios de cuidados, con un incremento de 53% en la atención a este tramo etario; alrededor de 6.000 personas contarán con asistentes personales y 5.400 estarán trabajando como asistentes personales; cinco empresas estarán habilitadas para brindar servicios de teleasistencia y habrá 1.300 usuarios de este servicio; se habrán creado 19 casas comunitarias de cuidado, nueve centros de día para personas mayores en situación de dependencia leve a moderada en el interior y tres en Montevideo, con 200 usuarios y más de 50 trabajadores; se habrá pasado de 14 centros de larga estadía habilitados a más de 300 habilitados o en proceso de habilitarse, y se habrán formado y certificado las competencias de más de 300 trabajadoras y trabajadores de estos centros. Por otra parte, hasta la fecha más de 500 estudiantes con hijos a cargo fueron beneficiados por los centros de cuidado que buscan asegurar las trayectorias educativas de padres y madres que cursan educación media.

El titular de la Secretaría Nacional de Cuidados, Julio Bango, mencionó tres desafíos que afronta el SNIC en adelante, a los que describió como “una tríada interdependiente” que se debe resolver en conjunto: corresponsabilidad de género, universalidad de los cuidados y financiamiento del sistema. “El Sistema de Cuidados es parte de la operación de cambio cultural para intentar colaborar con el levantamiento de la división sexual del trabajo en Uruguay. El desafío del cambio cultural es quizás el más duro de resolver y el de más largo plazo, porque se genera cuando una sociedad logra cambiar su mentalidad. Pero sabemos que ese es el camino que hay que recorrer”, reflexionó. Respecto de la universalidad, recalcó la necesidad de no sólo garantizar el alcance del sistema a todos los puntos del país, sino también la calidad de los servicios. En último lugar, afirmó que la discusión sobre el financiamiento “tiene que darse pensando qué modelo de protección queremos para nuestra vejez y para las personas con discapacidad”.

Por otra parte, el jerarca señaló que otro de los desafíos más importantes es establecer de forma definitiva la negociación colectiva para los trabajadores y las trabajadoras de cuidado. “Eso es lo que necesitamos para construir ese sector de la economía de servicios que cada vez va a estar más demandado: que se creen grupos y subgrupos, categoría ocupacional, niveles de ingreso, condiciones de trabajo. Así, el Sistema de Cuidados pasará a ser parte de la dinámica de la economía y de la sociedad”, aseguró Bango.

En el mismo sentido reflexionó el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, quien definió al SNIC como “el cambio más revolucionario que se haya hecho en Uruguay”. “Si los cuidadores son tan importantes, hay que construir unos Consejos de Salarios y una representación empresarial con los que puedan discutir no sólo salario, sino también las condiciones de empleo y la formación permanente. Hay que repensar los cuidados como parte de la lucha del movimiento sindical, pero también de jubilados, organizaciones y movimientos de derechos humanos”, manifestó.