“Golpe de Estado en Bolivia”. Así tituló el Ministerio de Relaciones Exteriores un comunicado que emitió este lunes sobre la situación que atraviesa el país latinoamericano. El gobierno uruguayo expresó su “consternación por el quiebre del Estado de Derecho producido en el Estado Plurinacional de Bolivia, que forzó la salida del poder del presidente Evo Morales y sumió al país en el caos y la violencia”.

“El Uruguay considera que no existe argumento que pueda justificar estos actos, en particular habiendo anunciado pocas horas antes el Presidente Morales su intención de convocar a nuevas elecciones, a partir del informe producido por la misión electoral de la Organización de Estados Americanos [OEA]”, continúa el comunicado. Cancillería hizo un “urgente llamado” a “todos los actores bolivianos” para cesar la violencia y “que el proceso electoral se encauce de conformidad con las disposiciones de la Constitución y las Leyes” de Bolivia.

Este lunes, luego del Consejo de Ministros, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, contó a la prensa que los jerarcas abordaron lo ocurrido en Bolivia, pero “no se entró en el detalle de las valoraciones” que hizo Cancillería. “Los acontecimientos hacen que para nosotros no sea difícil interpretar eso”, dijo Rossi, en referencia al reconocimiento de un golpe de Estado. “Si bien no tenemos demasiada información, todo indica que hubo presiones de algunos sectores que no siguieron el camino constitucional” y “la propia palabra de Morales daba elementos en ese sentido”, expresó.

Por su parte, la vicepresidenta Lucía Topolansky acompañó la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores y comentó que “no puede avanzar” en más consideraciones por la “incertidumbre” de la situación. Para Topolansky la actitud de Morales fue “muy madura”, dijo que “no se vio acorralado” y decidió renunciar para evitar “costos en vidas”. 

El ex presidente José Mujica también se manifestó al respecto. Dijo que lo ocurrido es un golpe de Estado “sin vueltas” porque “hay un ultimátum del Ejército”. En declaraciones a TNU Noticias, el senador electo señaló que no hay forma de “demostrar” que el desencadenante de lo ocurrido el domingo haya sido “el fraude” de las elecciones del 20 octubre. Mujica dijo que sospecha que detrás del golpe esté la riqueza del país: “Bolivia es muy rica, se dice que tiene 70 % del material imprescindible para hacer las nuevas baterías. Todos sabemos que en el mundo hay un cambio energético. No estoy acusando, porque no tengo pruebas, estoy desconfiando por la historia”, expresó.

“Llamado urgente” a elecciones

El Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio (FA) acompañó la postura del gobierno en un comunicado que emitió este lunes. La fuerza política manifestó su “total condena al golpe de Estado”, producto de la acción de “grupos opositores violentos”. El partido de gobierno remarcó su rechazo a los actos de violencia suscitados, así como a “las amenazas y persecución política” a funcionarios del gobierno y diplomáticos extranjeros. El FA también expresó su solidaridad con el pueblo boliviano, pidió “respetar la institucionalidad y la democracia” y, por último, realizó un “llamado urgente” a un nuevo acto eleccionario.

Varios sectores y dirigentes del FA se expresaron en la misma línea que su partido y acompañaron la posición de Cancillería; repudiaron el golpe, manifestaron su apoyo a Morales y pidieron la celebración de nuevas elecciones. Entre quienes se pronunciaron estuvo la candidata a la vicepresidencia por el FA, Graciela Villar, que manifestó su “profunda preocupación” por la violencia desplegada en Bolivia y por el “vacío de poder”. Señaló que se debe “garantizar que se convoque a elecciones en forma rápida”.

Situación “sui generis

En las filas opositoras, el senador nacionalista Luis Alberto Heber consideró que el comunicado del gobierno fue “apresurado” porque “falta información”. El senador sostuvo a Radio Montecarlo que en el Partido Nacional (PN) están recolectando “más información” para manifestar una postura al respecto. Heber resaltó en más de una oportunidad que “lo que sí es cierto es que hubo fraude electoral”, pero se excusó de hablar sobre un golpe de Estado. En la misma línea, el senador del PN Álvaro Delgado manifestó que le dio “mucha pena” lo ocurrido en Bolivia. El legislador comentó que “lo que se sabe” es que el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) arrojó irregularidades en la última elección y que no tiene elementos para decir si la situación se califica de un golpe de Estado. “Todo parte de una elección fraudulenta, con una reacción que me sorprende mucho”, declaró.

Por su parte, la diputada nacionalista Graciela Bianchi dijo que está “muy sorprendida” por la institucionalidad de Bolivia, que resultó “más fuerte” de lo que esperaba. “A mí no me gusta que los militares decidan nada”, dijo la diputada, pero sostuvo que el Ejército no le exigió a Morales su renuncia, sino que lo que hizo fue negarse a cumplir la orden del entonces presidente de reprimir a la población “que estaba defendiendo un Estado de derecho”, y le sugirió que renunciara. “¿Está mal?”, se preguntó. Señaló que “esta gente no entiende que se tienen que ir del poder en algún momento”, y añadió: “La alternancia de los partidos es sana para la democracia y Evo Morales no lo entendió”.

En el Partido Colorado (PC), su ex candidato a la presidencia, Ernesto Talvi, calificó lo ocurrido en Bolivia de un golpe de Estado: “Yo a eso le llamo golpe de Estado, sin ningún inconveniente”, dijo en entrevista con el programa Buen día, Uruguay de Canal 4, en referencia al pedido de renuncia al presidente por parte de las Fuerzas Armadas. De todas formas, Talvi consideró que Morales tendría que haber renunciado a su cargo antes del pedido de los cuerpos militares y policiales, tras la presentación del informe de la OEA. “El presidente que llevó adelante elecciones fraudulentas iba a nombrar a los miembros del nuevo Tribunal Electoral, era como poner al zorro a cuidar al gallinero”, dijo Talvi.

En diálogo con la prensa, el ex presidente Julio María Sanguinetti sostuvo que la situación en Bolivia es “muy sui generis”. Para el senador electo del PC, el proceso de quiebre comenzó cuando Morales “vio que estaba obligado a ir a una segunda vuelta y organizó este fraude” que desencadenó en “una explosión social” con “episodios de violencia muy condenable” y terminó con su renuncia. “Morales dice que es un golpe cívico, político y policial. No habla de golpe militar. Es una situación muy sui generis, o es un golpe de Estado no militar o una situación de facto extraña e inédita”, dijo Sanguinetti. Aseguró que “lo peor es que no hay gobierno” y “queda todo el mundo a merced de cualquier situación”. Sanguinetti auguró que se convoque “cuanto antes” una elección “democrática con garantías”.

Evitar un “baño de sangre”

Por medio de un comunicado difundido este lunes, el PIT CNT calificó lo ocurrido de un golpe de Estado que culminó en la renuncia de “autoridades legítimas electas por el pronunciamiento de la soberanía popular”, en referencia a Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera. En el texto se establece que Morales renunció para evitar “un baño de sangre” y “el sufrimiento de su pueblo” frente a las amenazas que recibieron integrantes del gobierno de Bolivia y “la violencia irracional” de los “golpistas” a la que estaban siendo sometidos los simpatizantes del gobierno. Por último, la central obrera exigió “el respeto absoluto por los derechos humanos” y exhortó a “una inmediata restitución de las instituciones democráticas en Bolivia, de acuerdo a la Constitución y las leyes soberanas del Estado Plurinacional de Bolivia”.