En 1979 La Fura dels Baus irrumpió como una gran resistencia cultural –y callejera– posfranquista, y a los pocos años ya se había convertido en un mítico grupo de teatro de acción y creación colectiva, siempre próximo al riesgo y a apuestas que multiplicaran sus sentidos. En 2019 la compañía cumplió 40 años y decidió recrear Manes, la puesta que se estrenó en 1996 (en Barcelona) y que fue el último espectáculo de La Fura que se concibió sin referentes externos al grupo.

Hace unos días se pusieron a la venta las entradas para el 23, 24 y 25 de abril, cuando (a las 20.30 en la Sala del Museo), por primera vez en Uruguay, la compañía presentará un espectáculo integral. Según explicaron sus integrantes, se trata de un trabajo que lleva al extremo “la rítmica, el trabajo físico y la referencia al mito y al rito”, partiendo del concepto de diversidad cultural para componer las distintas partes del espectáculo. En una rueda de prensa previa al estreno catalán, el director, Pera Tantiñà, adelantaba que se trataba de un montaje en el que el público compartiría espacio entre actores que podrían comer carne cruda como tirar agua por la boca.

En su momento, cuando estrenaron la versión original, El País de Madrid elogiaba el desarrollo de temáticas claves como “el agua, la comida, la comprensión e incomprensión intercultural y étnica, las necesidades corporales, el hambre, la sexualidad, la vida cotidiana”, apuntando directamente al sentimiento del público, sin discursos ni conclusiones. Ahora, esta reedición visceral llegará actualizada a la Sala del Museo, pero siguiendo los parámetros que convirtieron a La Fura dels Baus en un emblema.