Sobre las 11.30 de hoy dos personas armadas entraron a la policlínica Udai 2, dependiente del Centro de Salud de Sayago y de la Red de Atención Primaria de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (RAP-ASSE), para robarles las armas a dos guardias policiales, informó esta tarde la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP).

En diálogo con la diaria Martín Pereira, presidente de la FFSP, relató que luego de un forcejeo, las dos personas terminaron quitándole las armas a los efectivos; los dos policías sufrieron contusiones, pero no hubo usuarios ni trabajadores heridos. Automáticamente, la FFSP aplicó el protocolo ante agresiones en toda la RAP Metropolitana: instó a que hasta la medianoche todos los funcionarios se retiraran de todos los servicios, con excepción de quienes trabajan en las puertas de emergencia.

“Es la quinta vez en el año que entran directo a robarle las armas a los efectivos del Ministerio del Interior [MI]”, reclamó Pereira. Esas cinco veces fueron en centros de la RAP de Montevideo. Pereira se comunicó con las autoridades del MI para transmitir lo que había pasado y espera volver a reunirse en los próximos días para seguir buscando soluciones. Las cuatro veces anteriores había un solo policía, y por eso a mitad de año la FFSP solicitó que hubiera dos, pero la agresión de hoy demuestra que la solución no resultó como se esperaba. “Volvimos a tener el problema y el forcejeo con armas dentro de un espacio chico y con ancianos y niños en la sala de espera, y trabajadores”, lamentó.

Consultado acerca de si no es mejor que estén sin armas, para que no sea ese el motivo de ingreso, dijo que “hay discusión” sobre qué es mejor, porque en un momento la seguridad estaba a cargo de guardias privados, y como eso no frenaba las agresiones, se pasó a tener un policía, y luego dos. “Se plantea que [la agresión] es porque tienen las armas, pero si no están armados puede pasar alguna otra cosa, es algo a discutir”, expresó.

Ante este tipo de situaciones, la FFSP defiende la aplicación automática de la medida del paro, en solidaridad con los compañeros que vivieron o presenciaron la agresión y como forma de concientización. “Se han perdido códigos, el centro de salud, la policlínica, el hospital, la ambulancia eran respetados, los propios vecinos hacían entrar y salir a las ambulancias, y hoy en día eso no pasa”.