Ayer la antesala de la Cámara de Senadores estaba llena de políticos y militantes que asistieron a la presentación de las firmas recolectadas por la campaña Vivir sin Miedo, impulsada por el senador y precandidato del Partido Nacional Jorge Larrañaga (Alianza Nacional). Alrededor de la mesa en la que se sentaron los integrantes de la comisión nacional de la campaña se pusieron las cajas que contenían las papeletas con 405.521 firmas que habilitarán la realización de un plebiscito para modificar la Constitución de la República en temas de seguridad. A las 15.00, las firmas fueron enviadas a la Corte Electoral para que las valide.

En su discurso, Larrañaga dijo que la campaña representa “el acto de oposición más importante a la política de seguridad que ha llevado el Frente Amplio [FA] en los últimos 14 años y pico”. Luego aseguró que estamos viviendo “un momento delicado” y llamó a no colocar “víctimas en las veredas políticas”.

“Algo tiene que andar mal en Uruguay si quienes han firmado un documento son sospechados de recorrer un camino de violencia”, dijo, en referencia a los dichos del senador del FA Marcos Otheguy. La semana pasada, cuando se conoció el asesinato de Felipe Cabral, el frenteamplista había escrito en su cuenta de Twitter que el asesinato del artista callejero “provoca dolor e indignación”. “Las campañas promotoras de barbarie, como la de Vivir sin Miedo, se sabe dónde empiezan pero no dónde terminan”, agregaba.

Larrañaga le pidió al gobierno que se enoje “un poco con los delincuentes” en lugar de hacerlo con los impulsores de la campaña, y aseguró que los problemas de seguridad “no son de izquierda ni de derecha”. El senador calificó las críticas como “argumentos de mala calaña” y de “zócalo”, “que nada le agrega a la discusión política”.

“Nadie puede sostener que los instrumentos que hemos impulsado inciten al miedo o la desunión entre uruguayos. Vamos a defender la reforma porque entendemos que es coherente con lo que el país precisa. No se agotan los instrumentos para luchar contra la delincuencia [en la reforma] y serán necesarias políticas de rehabilitación, políticas sociales y de educación, pero este es un cambio y un giro fundamental”, argumentó.

Jorge Larrañaga, ayer, en la Antesala del Senado.

Jorge Larrañaga, ayer, en la Antesala del Senado.

Foto: Pablo Vignali

Además de los integrantes del sector de Larrañaga estuvieron ayer el senador Germán Coutinho y el diputado Germán Cardoso, ambos del Partido Colorado; también participó Guillermo Stirling, quien fue ministro del Interior durante los gobiernos de Julio María Sanguinetti y de Jorge Batlle.

Contracampaña

En la vereda de enfrente, la senadora del FA y secretaria general del Partido Socialista (PS), Mónica Xavier, sostuvo que se necesita crear un “amplio frente” para hacer una contracampaña a la reforma constitucional de Larrañaga. “Hacemos hincapié en la necesidad de un amplio frente para trabajar este tema, no sólo con el FA”, dijo Xavier en declaraciones a Radio Uruguay al ser consultada por la decisión del Congreso del PS de apoyar a colectivos y organizaciones que se movilicen contra la campaña que encabeza Larrañaga. Nadie desconoce cómo ha aumentado la inseguridad ni las múltiples causas del tema”, admitió, pero opinó que el camino que propone el nacionalista “no es el correcto”. “Las respuestas mágicas no lo son. Hay argumentos que lo corroboran en toda Latinoamérica”, expresó. Según Xavier, el debate sobre la seguridad “no puede estar ausente” en la campaña electoral, “pero tiene que ver con medidas que no son inmediatas”.

Además de los socialistas, el PIT-CNT se sumó, la semana pasada, a la contracampaña. El presidente de la central sindical, Fernando Pereira, había dicho a la diaria que están trabajando en propuestas porque “Uruguay se debe un debate razonable en torno a la seguridad, que supere la contienda electoral”. Sobre la reforma, que será puesta a consideración de la ciudadanía en octubre, en coincidencia con las elecciones nacionales, aseguró que “no construye una mejora en seguridad”.

Contra el desarme

El diputado colorado Germán Cardoso (Batllistas) dijo ayer que no está de acuerdo con que se promueva el desarme en la población civil, como propone el precandidato presidencial del FA Mario Bergara. Según dijo, hay civiles “honestos” que “tienen un arma porque no ven otra alternativa para defender su comercio, su familia y sus bienes”.

Cardoso aseguró que el gobierno “manda” al PIT-CNT y a otras organizaciones sociales a hacer una contracampaña contra la reforma de Larrañaga porque el FA “no ha podido desarmar a la delincuencia que mata impunemente una y otra vez”. El diputado dijo a la diaria que no aconseja ni deja de aconsejar tener un arma, pero “la ley es la ley, y si una persona, por la circunstancia que sea, ha cumplido con los requisitos [para tener un arma] no me parece una medida lógica que se plantee desarmar a los honestos”.

Otro de los sectores del FA que proponen el desarme de civiles es Casa Grande. En una entrevista con El País, la directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo, Fabiana Goyeneche, dijo que las personas que tienen un arma para defenderse “tienen más posibilidad de terminar dañadas”.