El viernes el Sindicato de Trabajadores de la Industria Química (STIQ) emitió un comunicado en el que repudió la decisión de la empresa multinacional Colgate-Palmolive de cerrar su planta de Uruguay, que afecta “la fuente de trabajo de más de 100 trabajadores y directos y cerca de 500 indirectos”. La empresa importará sus productos desde México, y para el sindicato esto generará, “además de desocupación”, una “clara competencia desleal con las empresas productoras instaladas en nuestro país, como Electroquímica, Vessena, Enzur y otras medianas y pequeñas fábricas”. Por eso, el sindicato convocó al “pueblo uruguayo” a “declarar el boicot” y dejar de consumir los productos de la empresa multinacional.

Esteban Valenti, integrante de la coalición La Alternativa, que impulsa la candidatura presidencial del senador del Partido Independiente Pablo Mieres, señaló en su cuenta de Twitter que “no es cierto” que la empresa se vaya por “altos costos” o “falta de competitividad”, y agregó que “los fieles seguirán comprando”, pero que él no comprará “ni una tapita”. En contacto con la diaria, Valenti dijo que no estaba al tanto del pedido del sindicato, pero le parece que su postura es “básica”, en el marco de los derechos del consumidor. “Después de no sé cuántas décadas con atrasos cambiaros monumentales, ahora deciden trasladar la producción al exterior y vender acá sin ninguna representación. Entonces, tengo todo el derecho del mundo, como consumidor, en este mercado capitalista tradicional, a elegir si compro o no, y no voy a comprar”, enfatizó. Agregó que la empresa tuvo competitividad “en los momentos más difíciles” y se quedó en Uruguay. “Ahora va producir en Brasil y México, y va a vender una pasta Colgate acá a los precios absurdos de tres veces lo que cuesta en Brasil”, señaló.

En cambio, Mieres sostuvo a la diaria que no está de acuerdo con los boicots, y que cuando cierran empresas en Uruguay hay un “factor común” que es “el problema de la crisis de competitividad”. Según el legislador, el movimiento sindical “no quiere reconocer que el problema tiene que ver con la política económica del gobierno”. “Entonces termina promoviendo este tipo de cosas, cuando en realidad, el reclamo por competitividad que vienen haciendo los sectores productivos debería ser compartido también por el movimiento sindical, porque genera la pérdida de puestos de trabajo”, indicó. A pesar de este punto de vista, Mieres señaló que su diferencia con Valenti es un tema “de menor entidad” en relación con “las coincidencias” entre ambos.