Ayer de noche, la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (CARIFA) consideró una carta enviada por el comité de base Liber Seregni de esa fuerza política en Caracas, cuyos firmantes, entre otras cosas, reiteran su rechazo al desempeño del encargado de negocios de la embajada de Uruguay en Venezuela, José Luis Remedi, alegando que “sus acciones refuerzan la arremetida internacional fascista” contra ese país caribeño, porque hizo “viral la idea de un supuesto apocalipsis sanitario” allí.

Remedi es un diplomático de carrera, que antes de asumir sus actuales funciones fue embajador en tres países. A fines del año pasado, poco después de que llegara a Venezuela, el comité Liber Seregni lo había acusado debido a que participó en una reunión convocada por la Asamblea Nacional, que tiene mayoría opositora y a la cual el Poder Judicial y el Ejecutivo consideran “en rebeldía”, negándole legitimidad a sus actos. Luego la cancillería uruguaya envió a Remedi como representante en la asunción como presidente de Nicolás Maduro, a quien la Asamblea Nacional, hoy encabezada por Juan Guaidói, considera un usurpador.

Antes que nada, la CARIFA evaluó que el comité a cuyo nombre se envió el texto no está “orgánicamente constituido” como tal en el Frente Amplio, según indicó a la diaria Sebastián Hagobian, integrante de la comisión. Por lo tanto, decidieron que en principio no les correspondía tratar el contenido de la carta, que será enviada al presidente de la fuerza política, Javier Miranda, para que este resuelva si la CARIFA debe analizarla.

Hagobian señaló que los integrantes de la CARIFA debatieron si deberían discutir lo que plantea la carta, ya que sabían que su contenido los iba a “dividir”. “Puedo coincidir o no con la actitud de Remedi, pero la Cancillería responde al gobierno; él tiene sus instrucciones y actúa conforme a eso. Si actúa fuera de esas instrucciones, es el gobierno el que tiene que llamar al orden a Remedi, pero no el Frente Amplio”, finalizó.