El sábado, en el marco de la Semana Criolla, murió otro caballo en la Rural del Prado, en esta oportunidad, en plena jineteada, lo que volvió a alentar la movilización de varias organizaciones animalistas, como la Coordinadora para la Abolición de las Jineteadas en Uruguay, que se manifestó ayer en las puertas de este evento.

El novel intendente de Montevideo, Christian di Candia, escribió en su cuenta de Twitter que era “imprescindible tomar acciones concretas”: “Nos conmueve enormemente el fallecimiento de otro caballo, y entendemos que estamos en momentos de transformaciones sociales históricas que implican, entre otras cosas, repensar nuestras fiestas tradicionales a la luz de una perspectiva mucho más humana”. Luego agregó que, “por las familias del interior del país, los cientos de personas involucradas en tareas cuyo sustento está en juego y por compromisos legales y jurídicos asumidos con diferentes actores”, ayer siguieron las jineteadas. Pero se canceló la ceremonia protocolar de cierre. Por último, informó que el miércoles, luego del gabinete departamental, anunciará en una conferencia de prensa sus intenciones “de reformular la celebración” de la Semana Criolla de tal modo que se desarrolle “sin violencia ni maltrato de ningún tipo”.

Ante esto, la lista 1303 del Frente Amplio (FA), liderada por Gonzalo Reboledo, emitió un comunicado en el que señaló que, “en el desarrollo actual de nuestra sociedad, nada justifica que se continúen manteniendo prácticas que alientan la violencia y ponen en riesgo vidas”. Además, la lista sostuvo que las “sensibilidades sociales” cambian y se debe estar atento “a las tensiones que surgen entre las tradiciones y la nueva agenda de derechos”. “Más allá de las jineteadas, la Criolla es la principal muestra del país en lo referente a danzas folclóricas tradicionales y encuentro de payadores. Creemos que esos pueden ser algunos elementos que, sin cambiar su esencia, den nuevo rostro a una fiesta profundamente popular. Una Criolla sin jineteadas es posible”, indicó en el comunicado el sector. Por último, la lista enfatizó que hace “votos por una Semana Criolla sin jineteadas, pero plena de tradiciones”.

Patricia Durán, activista de Plataforma Animalista, dijo la diaria que desde la muerte del primer caballo pidieron la suspensión de las jineteadas y ante la muerte del segundo se pusieron en contacto con Di Candia para exigirle lo mismo. Agregó que espera que el miércoles se tome la decisión de “no volver a realizar” las jineteadas. Subrayó que en su lugar se deberían fomentar otras actividades relacionadas con la Semana Criolla, como la danza y la música. La activista explicó que el primer caballo tuvo que ser sacrificado luego de que sufriera una lesión interna, a raíz de un movimiento “brusco” mientras lo estaban montando; el segundo cayó al piso y sufrió una convulsión en plena jineteada, pero no se sabe “si fue por el golpe o por el estrés”. Durán subrayó que en las jineteadas los caballos padecen estrés, dado que “están forzados a hacer algo que no quieren”, y marcó la diferencia con una doma: “Domar un caballo implica otro tipo de trabajo. Esto es sólo un espectáculo, mostrar cómo fuerzan al animal. Lo atan a fuerza al palenque, le vendan los ojos, lo empujan y le pegan para ponerlo más bravo aun, y así dar ese mal llamado espectáculo, de ocho o diez segundos, del hombre contra la bestia, a ver quién aguanta más. Y está claro que el animal no quiere estar ahí, porque se tira al piso y se va pateando, enojadísimo”.

En cambio, el diputado del FA Alfredo Fratti, integrante de la Comisión Especial sobre Tenencia Responsable y Bienestar Animal de la cámara baja, dijo a la diaria que no está de acuerdo con que se prohíban las jineteadas, ya que “las prohibiciones son de regímenes totalitarios”. Agregó que “hay toda una cultura” que es difícil que se pueda “entender desde la ciudad” y que, en todo caso, si no se entiende, “capaz que no se puede hacer más en” Montevideo, pero que “de ninguna manera” se debe dejar de hacer en el resto de país. Subrayó que se debe seguir con las jineteadas, porque están arraigadas en “nuestra historia”, ya que el caballo “tiene que ver con la gesta libertadora”. “Para que el caballo se pueda cargar, hay que jinetearlo. Es verdad que podemos poner en duda si sirve para la diversión de la gente o no, pero sí admitimos que exista Maroñas, que también es un divertimento”, comentó. Por último, respondió el argumento de los animalistas de que el caballo “no quiere estar en la jineteada”: dijo que, “cuando agarramos al caballo para andar, tampoco quiere estar ahí”, y que en realidad “ningún caballo quiere ser domado”. “La cosa es mostrarla o no, porque la doma va a seguir existiendo, ya que si no, no podés andar. Yo le pregunto a cualquier ciudadano: ¿cómo hace para juntar las vacas en el campo con un caballo sin domar? Y la doma casi es más violenta que las jineteadas, porque cuando [el caballo] no se comporta, lo castigan, ya que hay que amenazarlo. Un caballo no es un animal doméstico, tiene un componente salvaje importante”, finalizó.