“Para mí, Nuevo París tiene olor a salsa con albahaca”, dijo ayer el intendente de Montevideo, Christian di Candia, al cerrar su participación en el taller de Cocina Uruguay en la Criolla del Prado. Él y la periodista Blanca Rodríguez, de Canal 10 y radio El Espectador, cocinaron ayer un menú saludable –lasaña de vegetales y un postre de calabaza y coco– ante un par de decenas de personas que parecieron más entusiasmadas con la presencia de la comunicadora que con la del nuevo intendente.

“Estas cosas son importantes para la Intendencia por el anclaje territorial y por las políticas de salud. Lamentablemente, casi 60% de la población de Montevideo tiene problemas con la obesidad, y en los niños es más de 30%. Tenemos que tomar conciencia”, comentó Di Candia sobre el programa Cocina Uruguay, que depende del área de Políticas Sociales de la Intendencia de Montevideo. Rosa Quintana, coordinadora de la Secretaría de Educación para la Ciudadanía, dijo a la diaria que el programa es exitoso pero no está muy difundido. De todos modos, actualmente no hay cupos en el aula correspondiente del Mercado Agrícola de Montevideo (MAM), pero está previsto que en dos meses se vuelvan a abrir las inscripciones. Se dispone de un camión, donado por el gobierno brasileño durante el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, que recorre los municipios de la capital y algunas localidades de Canelones y San José. Según señaló Quintana, en este período de gobierno se aumentó el presupuesto del programa de 500.000 a 1.200.000 pesos por año, y se triplicó el personal. Hasta 2017 había alcanzado a 8.000 personas, y la jerarca estima que la cantidad aumentará más rápidamente con dos turnos en el aula del MAM. También destacó el convenio de trabajo firmado con el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA), y que “hay cuatro chicos y chicas que están trabajando con terrible compromiso”.

El lado B

Lejos de la vista del público, la Criolla se vive de otra manera. Sobre uno de los costados del predio se alojan durante toda la semana los troperos, los jinetes y sus familias. En las caballerizas, Ana y Mariana, madre e hija, esperaban que las jineteadas terminaran para hacer pizza, tortas fritas o alguna otra cosa con la masa que preparaban, porque “es la misma para todo”. Habían llegado desde Durazno y tenían pensado regresar hoy. Contaron que muchas de las familias hacen grandes traslados y que algunas incluso viajan con lavarropas y televisores.

Criolla del Prado.

Criolla del Prado.

Foto: Mariana Greif

Más cerca del ruedo, Alejandro, un jinete de Florida, dijo a la diaria que este es el tercer año que viene a competir en el Prado. Hasta ayer no había podido dar una vuelta de honor, pero confiaba en lograrlo alguno de los días que quedaban. Opinó que los animalistas que dicen que las jineteadas son maltrato animal “no tienen mucha idea de lo que es” la doma. “Hay cosas peores, muchos maltratos más grandes. El caballo de la jineteada es el que menos trabaja en el año y es el que mejor pasa. Hay algunos que no llegan a trabajar ni tres minutos en el año”, aseguró.

En el mismo sentido se expresó Julio, un tropillero: “Estos caballos siempre están en muy buenos campos, porque tienen que estar presentables, además comen ración y andan en manada, como les gusta. Cuando [un jinete] logra quedarse en el lomo, son ocho o diez segundos”, dijo, y estimó que en toda su vida estos caballos no llegan a ser montados ni una hora.

El tropillero selecciona los animales. “Se va por todo el país juntando caballos: potros grandes y formados que tienen que tener cierta edad, no pueden ser muy nuevitos [de cinco años para arriba]. Se les enseña a andar, después se los prueba, y los que sirven se van apartando”, explicó Julio.

El martes fue sacrificado un caballo que había sufrido una fractura con desplazamiento de la articulación coxofemoral, que le provocó lesiones vasculares internas. Di Candia recorrió ayer la Criolla junto con integrantes de Plataforma Animalista para ver los avances en el cuidado de lo equinos. “Desde 2015 no hemos dejado de mejorar, sobre todo a partir de los comentarios y consejos de la propia plataforma”, escribió en su cuenta de Twitter, pero agregó: “La pérdida de este animal nos duele a todxs y somos conscientes que también nos debe interpelar. Sabemos que el peso de la tradición es grande, pero también lo es el peso de la sociedad civil organizada y sus demandas”.

La criolla política

Todos los partidos aprovechan la Criolla del Prado para hacer publicidad electoral. Ayer la presidenta del Directorio del Partido Nacional (PN), Beatriz Argimón, aprovechó una recorrida por el lugar para hablar con la prensa. Confirmó que cinco personas le mandaron mensajes reclamando que el precandidato Juan Sartori no les había pagado el dinero prometido por su actividad de campaña, que ella le transmitió su preocupación al empresario y que “él inmediatamente, con su equipo, empezó a trabajar el tema”. Por otra parte, dijo que de esas cinco personas, cuatro no estaban afiliadas al PN, y apuntó que “estamos teniendo campañas extrañas, no sólo con Sartori”. Al respecto, recordó el episodio de la falsificación en internet de un capítulo de la biografía del precandidato Luis Lacalle Pou, para propagar que este había matado a una mujer en un accidente de tránsito cuando su padre era presidente.