El término “evaluación” es utilizado en forma cotidiana y en una amplia diversidad de ámbitos, tanto formales como informales. Si bien existe un consenso general sobre el significado del término, cuando se aborda la evaluación desde la perspectiva de la investigación aplicada, es necesario repasar la definición. En la disciplina evaluación, como en otras tantas de las ciencias sociales, es posible encontrar más de una definición para el mismo concepto. Dado su carácter transversal, el término “evaluación” podría asumir significados distintos dependiendo de la naturaleza y el contexto en el que ha sido diseñada e implementada la intervención evaluada. En la Universidad Tecnológica (Utec), el grupo de docentes e investigadores que estamos trabajando en estos temas hemos adoptado una definición que combina las propuestas de Michael Patton y Jennifer Greene.

Se puede definir evaluación como un proceso sistemático de recolección y análisis de información para alcanzar algún propósito (adaptado de Patton, 2008). Según Greene (2007), estos propósitos pueden ser: fundamentar la toma de decisiones y rendir cuentas, aprender y mejorar el diseño de la intervención, generar conocimiento sobre la teoría del cambio que se está investigando y promover la justicia social y la equidad.

La forma tradicional de entender el rol de la evaluación es el de producir una información sobre determinada intervención (comprenderlo o juzgarlo) y proponer, si acaso, recomendaciones de mejora. Las evaluaciones pueden estar más o menos implicadas con la realidad afectada por la intervención, pero las competencias de la transformación de la realidad corresponden al ámbito de la intervención, no al de la evaluación.

Sin embargo, existen otras formas de entender el trabajo de la evaluación. Hay procesos de evaluación que se configuran como agentes de cambio. Tanto los procesos de diseño como los de implementación de una evaluación pueden tener incidencias sobre la justicia social. Esta forma de desarrollar proyectos de investigación aplicada, en particular evaluación, recibe el nombre de “perspectiva orientada al cambio crítico” según Patton o de “paradigma transformador” (Ward Hood y Cassaro, 2002). Desde esta perspectiva, la evaluación puede contribuir con aumentar la conciencia sobre las injusticias, identificar la naturaleza y los orígenes de las desigualdades, representar la perspectiva de los más débiles, hacer visibles los caminos por los cuales aquellos con más poder lo ejercen y se benefician de él, construir capacidad de los involucrados para que tomen valor, involucrar a aquellos con menos poder e identificar potenciales estrategias de cambio.

Siguiendo las argumentaciones de Mertens y Greene, los defensores académicos de este paradigma asumen que el conocimiento no es neutral, sino que está influenciado por intereses humanos y, por consiguiente, todo conocimiento refleja las relaciones sociales y de poder que se dan en la sociedad, lo que también incumbe a la evaluación. Con este enfoque se busca dilucidar sobre las desigualdades sociales, económicas y políticas, se critican las injusticias sociales, se incrementa la toma de conciencia, y la evaluación se orienta a cambiar el equilibrio de poder a favor de aquellos más desfavorecidos o, en cualquier caso, se incrementa la capacidad de los actores para representar sus propios intereses mediante la evaluación (Patton, 2002). Las evaluaciones bajo este enfoque pueden crear una sociedad más equitativa y justa (Sielbeck-Bowen y otras, 2002b).

Es en el marco de este paradigma que en la Utec estamos desarrollando una línea de investigación, cuyos procesos y resultados tengan como propósito promover la justicia social y la equidad. En particular, hemos formulado un proyecto de investigación para medir el impacto de la educación virtual sobre el acceso de las mujeres a la educación tecnológica. Este proyecto ha sido formulado en conjunto con investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, la Universidad Politécnica de Madrid y con la participación, como invitada, de una investigadora de la Universidad del País Vasco.

Con esta investigación se busca generar conocimiento que fortalezca el empoderamiento de las mujeres y su aprovechamiento diferencial de los recursos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación, en particular las aulas virtuales. Esto contribuiría con una revisión de la autovaloración que tienen de sí mismas, y en este sentido modificaría modelos vigentes que podrían estar condicionando la toma de decisiones en relación con la educación terciaria.

La evidencia demuestra que, si bien se han logrado avances en cuanto al acceso por parte de las mujeres en todos los niveles educativos, aún persisten desigualdades en relación con el ingreso a carreras científicas o tecnológicas. Esta distribución no equitativa entre las carreras puede atribuirse, por un lado, a factores socioculturales (socialización de género, roles y estereotipos), y, por otro, a factores actitudinales (habilidades percibidas, autovaloración, autoconfianza) (Castaño, 2008).

Esta propuesta de investigación ha sido formulada a partir de un ejercicio previo llevado adelante en la Utec, que permitió identificar la siguiente hipótesis de trabajo: las mujeres aprovechan más los recursos vinculados a las aulas virtuales, asisten con mayor frecuencia, tienen una mayor participación y cumplen en mayor medida con los requisitos asociados a la aprobación de los cursos ofrecidos por medio de esta modalidad virtual. Para contrastar esta hipótesis se propone hacer una evaluación de impacto del tipo experimental para determinar el tamaño del efecto de las aulas virtuales sobre el desempeño de las mujeres en la educación tecnológica. Con un enfoque metodológico mixto secuencial explicativo, los resultados experimentales serán complementados y contrastados en una segunda etapa de análisis que profundice en los condicionantes y detonantes del comportamiento diferencial por género.

Este proyecto de investigación constituye un ejemplo concreto de evaluación de impacto con potencial transformador sobre la realidad. En particular, contribuir con la democratización de la educación tecnológica mediante la promoción de la justicia social y la equidad, brindando información que promueva la reflexión, concientización y empoderamiento por parte de las personas participantes de la investigación y los colectivos que estas representan.

Mariangel Pacheco Troisi es economista, magíster en Evaluación y docente de la Utec.

Referencias

Greene, JC, 2007. Mixed methods in social inquiry. San Francisco: Jossey-Bass.

Patton, MQ, 2008. Utilization-focused evaluation 4. ed. Los Angeles: Sage.

Patton, MQ, 2002. Two Decades of Developments in Qualitative Inquiry. A Personal, Experiential Perspective.

Ward Hood, D y Cassaro, D (2002). “Feminist Evaluation and the inclusion of Difference”.

Sielbeck-Bowen, KA, Brisolara, S, Seigart, D, Tischler, C y Whitmore, E (2002b). Beginning the conversation.