En una rueda de prensa celebrada en el Auditorio Adela Reta, la primera bailarina del Ballet Nacional del SODRE (BNS), María Noel Riccetto, anunció que dejará el cuerpo de baile luego de la gira que recorrerá el interior del país. Antes de eso todavía la esperan varios desafíos con la compañía nacional de ballet: en mayo se presentará en La Sílfide, de Auguste Bournonville; en junio estará en Noche francesa, de Serge Lifar; en setiembre volverá a ser la Tatiana de Oneguin, de John Cranko, y en diciembre será parte de la versión de Karl Burnett y Patricia Ruanne de Manon, de Kenneth MacMillan.

Durante la conferencia, Riccetto dijo que su exitosa carrera se sostuvo sobre tres pilares: “la suerte, el talento y el trabajo”. También aseguró que llevaba mucho tiempo pensando en el momento de su retirada, y que no logra imaginar aún cómo será vivir lejos de los escenarios. “Estoy feliz, re contenta. Ahora se vienen cosas buenísimas, tengo muchas ganas de hacer otras cosas también; siempre voy a seguir involucrada con la danza y estoy a las órdenes para lo que se me necesite”, aseguró.

Riccetto se incorporó como primera bailarina residente del BNS en 2012, a pedido del entonces director de la compañía, el argentino Julio Bocca. “Un punto maravilloso de mi carrera fue haber podido volver a Uruguay. Me fui con la idea de que nunca más iba a bailar acá en Montevideo, porque la situación en ese momento en el SODRE era bastante complicada. Mucha gente luchó para ver este teatro terminado [en referencia al Adela Reta] y yo formé parte de eso. Entonces, creo que mi vuelta fue importante”, explicó.

Riccetto, que actualmente tiene 39 años y está en la plenitud de sus condiciones, sostiene que quiere irse “en un buen nivel” y que las personas lamenten su ausencia, y no ser una presencia empecinada más allá de la sensatez. “Llevo una lesión hace un tiempito que no es grave pero uno se va dando cuenta que el cuerpo ya no es el de los 20, y siempre dije que no quería sufrir. Cuando ya fuera un sufrimiento subir al escenario, era hora de parar, y no quiero llegar a ese extremo”, explicó.

Por su parte, el director artístico del BNS, Igor Yebra, dijo a la agencia Efe que Riccetto es “una bailarina con un poder de comunicación y transmisión increíble”. En ese sentido, el director consideró que “podría bailar mucho más tiempo”, porque “la química que llega a tener con el público” no se pierde nunca.

La fecha de la última función en la que se presentará todavía no está confirmada, pero se descuenta que será en el Auditorio Nacional del SODRE. “Va a ser un año de celebración. Quiero celebrar con el público, mis compañeros, con todo el mundo, con el Auditorio, porque lo que he hecho yo lleva atrás un montón de gente. Todo lo que dijeron es demasiado. ¿La mejor bailarina del mundo según quien? Según ese jurado, ese día; tuve suerte”, dijo Riccetto, haciendo referencia al premio Benois de la Danse, que se le entregó en 2017 en el histórico teatro Bolshoi de Moscú como reconocimiento a su trabajo como Tatiana en Oneguin en 2016, junto al cuerpo de baile del SODRE.

Riccetto ingresó al BNS en 1996 y dos años después viajó a Estados Unidos para perfeccionarse. A partir de 1999 se desempeñó en el American Ballet Theatre, donde fue bailarina solista hasta 2012, cuando volvió al país a pedido de Bocca. Desde entonces ha sido primera bailarina residente del BNS.

El presidente del Consejo Directivo del SODRE, Doreen Ibarra, dijo este miércoles que “María Noel ayudó a popularizar el ballet en nuestro país, junto con Julio Bocca y, hoy, con Igor Yebra, respaldados por las políticas inclusivas de los consejos directivos del SODRE y del Ministerio de Educación y Cultura”, y llamó a disfrutarla durante este año, en todas las piezas en las que participará antes de colgar las zapatillas.