“Este equipo de economistas no sólo es el lujo del partido, sino de la República”, dijo el ex presidente Julio María Sanguinetti, ayer de mañana, en la sede del Partido Colorado (PC), al presentar, de cara a las elecciones internas, al grupo de asesores sobre economía del sector Batllistas, que lo psotula como precandidato. Varios integrantes del equipo son figuras conocidas porque tuvieron roles relevantes en los gobiernos colorados después de la vuelta a la democracia. Por ejemplo, Ariel Davrieux, quien fue director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) de 1985 a 1990 y de 1995 a 2005; Luis Mosca, ministro de Economía y Finanzas del segundo gobierno de Sanguinetti (1995-2000), e Isaac Alfie, quien ocupó ese cargo de 2003 a 2005, al final del gobierno de Jorge Batlle y tras la renuncia de Alejandro Atchugarry.

“Yo definiría la situación actual como angustiante y ominosa”, fue la frase con la que rompió el hielo Davrieux. Afirmó que el panorama económico del país es “perceptible por todos quienes conocen del tema”, desde “estudiantes de 19 años en adelante”. “Está claro cuáles son los problemas de Uruguay: un gran déficit, pérdida de competitividad, enlentecimiento de la actividad económica y una presión sobre los precios, que ya existía cuando ingresó este gobierno”, subrayó. Luego criticó que el “principal ajuste” para contener la inflación y que no se fuera “arriba de 10%” haya sido “mantener el tipo de cambio bajo”, ya que eso tuvo efectos en la productividad, en las exportaciones y en “actividades tan importantes” como las impulsadas desde desde el primer gobierno de Sanguinetti (1985-1990), entre ellas el “plan arrocero”. Sostuvo que el arroz uruguayo, que tiene “la mayor calidad”, no puede ahora competir “a nivel internacional”, y que lo mismo pasa con la leche, ya que “se cierran plantas y desaparecen los tamberos”. “Este es el efecto que se está viendo en la economía en general. Entonces, el panorama es que hoy estamos en un nivel al que yo pensaba que podíamos llegar a alcanzar a fin de año”, finalizó.

En cuanto a las propuestas de Batllistas, Alfie dijo que incluyen medidas de acción a corto y a largo plazo para conseguir “sustentabilidad fiscal” y crecimiento. Resaltó que lo primero que hay que hacer es acceder a mercados, para lo cual se precisan “acuerdos”. “Lo segundo es revisar la estructura del Estado desde cero, para poder reducir, a largo plazo, la cantidad de funcionarios públicos, sin afectar los servicios. Hay que hacer como en las empresas cuando se reorganizan. Eso también implica mirar la regulación. Parte del costo del país está en el exceso de regulaciones sobre el sector privado”, opinó. De todos modos, sostuvo que, a corto plazo, hay que “bajar el número de funcionarios públicos”, mediante un programa de “retiros incentivados”, o “dejar de lado” 5.000 de las 8.000 vacantes por año que hay en el Gobierno Central, lo que significaría un ahorro de “70 y algo de millones de dólares por año”.

Por su parte, el economista Horacio Bafico, también integrante del grupo de asesores, dijo que Uruguay es “el peor” país “en temas de regulación laboral”, porque “tenemos un clima de confrontación” y no de “cooperación”. Alegó que también existe un problema de costos, ya que la diferencia que hay entre “el salario líquido que recibe un trabajador” y “el salario efectivo” que tiene que pagar la empresa (sumando aportes) hace que se “encarezca” el trabajo. Además, criticó el “mínimo por categoría” fijado en los Consejos de Salarios, ya que “las realidades en las empresas de los sectores no son todas iguales”, y por lo tanto “hay que empezar a flexibilizar”.

Por último, Mosca subrayó que el principal objetivo es “crecer”, y que para eso “hay que insertarse de la mejor forma posible en el mundo”, como fue siempre “un norte para el batllismo”. Comentó que el déficit fiscal tiende a 5% del Producto Interno Bruto, y que en el Frente Amplio (FA) “no está claro qué se piensa hacer al respecto”. “Yo diría, parafraseando a [Winston] Churchill, que la propuesta del FA es un acertijo envuelto en un enigma con un misterio enorme adentro”, sostuvo. Agregó que “con una alta presión fiscal como la que tenemos hoy”, pensar en poner más impuestos es “garantía para pasar a un peor estado de las cosas”.

Mosca subrayó que el equipo económico de Batllistas tiene “mucho para aportar a la próxima coalición de gobierno”. Propuso pensar en un plan para que los precios de los servicios públicos, “sin impuestos”, se aproximen “a la paridad de los precios de importación”, y apuntó que se llegó al “absurdo” de “prohibir la importación de materia prima”, porque “el objetivo era producir sí o sí acá”, sin que importara “a qué costo”. “También podríamos discutir otros temas dentro de las empresas públicas, hasta considerar la apertura de parte del capital accionario” y “eventualmente, privatizaciones de las empresas satélites que se han constituido”, indicó.

Al final, arguyó que hoy en día “sólo una cabeza cargada de supersticiones” puede “encontrar su soberanía nacional adentro de un teléfono, en la banda ancha o en una bolsa de Portland”. “Si hubiera estado alguien como Ariel Davrieux al frente de la OPP, con su excelente equipo de seguimiento de empresas públicas, hoy no tendríamos maquinaria tirada para la cementera de ANCAP”, finalizó, entre aplausos.