“Don Guido: el caudillo oriental del siglo XXI”, se podía leer ayer de noche en unas banderas blancas, rojas y azules que cubrían la espalda de un grupo de cuatro militares retirados que siguen a Guido Manini Ríos, ex comandante en jefe del Ejército y ahora precandidato por el partido Cabildo Abierto (CA). “Es un hombre de honor. No promete, se compromete con el país, y lo que él dice es lo que puede hacer, con ideas que representan la necesidad de la gente, por eso recorre al país entero”, comentó uno de los militantes. “Él se podría haber ido para la casa y estar tranquilo, pero es comprometido y por eso tiene nuestro apoyo”, agregó otro de los embanderados.

Los militantes estaban, junto a varios más, en 18 de Julio casi el Obelisco, donde nace –o muere– 8 de Octubre. Allí es la sede de la lista 12.000, liderada por el diputado Guillermo Facello, que fue expulsado del Partido de la Gente, aunque el número de la papeleta ahora le pertenece al edil capitalino Marcos Laens, de esa colectividad política. Al local ya no le quedan rastros de pintura verde, ya que la agrupación decidió unirse a CA y ahora la sede fue rebautizada “Congreso de Tres Cruces”. A todo esto, Facello no asistió al acto y no va a participar en las elecciones internas. Según pudo saber la diaria por fuentes de su grupo, el diputado oficializará su apoyo a Manini Ríos después de las internas.

Cuando el precandidato llegó al local, rebosaba de gente, al punto de que varias personas quedaron afuera. “Ayer estuvimos en Rincón de Ramírez, en Vergara, en La Charqueada [localidades del departamento de Treinta y Tres], como antes habíamos estado a lo largo y ancho del país, y en todos lados se congrega mucha gente que tiene en su mirada una luz de esperanza. Con Cabildo Abierto están recuperando la esperanza perdida en el sistema político uruguayo, porque se presenta como una opción diferente para traer soluciones a los grandes problemas que aquejan al país”, fueron las primeras palabras de Manini Ríos, que dio un discurso bastante corto comparado con los tiempos de la mayoría de los precandidatos; no habló más de 15 minutos.

Señaló que en estos días terminaron la tarea administrativa inherente a las elecciones internas y presentaron 67 listas en todo el país, por medio de las cuales se canalizará el apoyo a CA, un partido que no nació “para ser un partido menor o para aspirar a cinco bancas en el Parlamento, sino para disputar la presidencia y ser protagonista del proceso electoral”. El precandidato hizo énfasis en que su partido “no es más de lo mismo” y, por eso, “preocupa y tiene nerviosa a muchísima gente”, pero va a seguir su camino, “le guste a quien le guste”. Agregó que el camino se va a basar en “trabajo, seguridad y justicia para todos los uruguayos”. En cuanto al trabajo, dijo que “de una vez por todas” se llegará al “país productivo”, esa frase “tan manoseada”, para que “todos los orientales puedan vivir del fruto de su esfuerzo y no de la limosna ajena”.

Con respecto a la seguridad, dijo que pondrá “orden” en el “caos hoy imperante” y que cambiará “sustancialmente” las “políticas de seguridad que se llevan y que han fracasado en todas las líneas”, ya que los uruguayos “no merecen vivir de la forma en que están viviendo”. Para cerrar con el tema “justicia”, dijo que se refiere a ella “en el amplio significado de la palabra”. Por ejemplo, justicia “para aquel que trabaja de sol a sol, que no llega a fin de mes y lo obligan a endeudarse más con tarjetas que generosamente se le ofrecen y así entra en un círculo vicioso del que no sale nunca”.

Por último, dijo que en CA no se dejan “etiquetar”. “No somos derecha, ni izquierda, ni un partido militar; somos artiguistas en la más pura esencia”, señaló. Agregó que en octubre el pueblo uruguayo va a tener que decidir entre “dos grandes opciones”, sin términos intermedios: “Continuar con cinco años más de lo mismo o cambiar, y para el cambio, Cabildo Abierto es la opción real porque es el cambio verdadero”, sentenció.