(Hoy es 1 de julio. Faltan 118 días para las elecciones nacionales)

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

Con Luis Lacalle Pou, Daniel Martínez y Ernesto Talvi como candidatos a la presidencia por los mayores partidos, se impuso en líneas generales un estilo menos centrado en la confrontación, con características más “modernas” y relativamente más liberales (comparando, en cada interna, con el resto de los competidores). Esto acerca a los tres postulantes al espacio aún indeciso y centrista, que va a estar muy disputado, y es interesante comenzar a considerar ventajas y desventajas relativas con miras a la campaña para las nacionales de octubre.

En cuanto a la definición de candidaturas a la vicepresidencia, el PN picó primero, con la postulación de Beatriz Argimón. Parecía muy probable que el FA definiera una fórmula paritaria, y ahora se vuelve casi forzoso, pero en cualquier caso no será una diferencia aprovechable por el oficialismo. La contrapartida es que, si bien Argimón tiene un perfil más “progresista” que Lacalle Pou, no lo complementa demasiado. Representan a la misma corriente interna y al mismo perfil sociocultural y de procedencia. Es una fórmula que no incorpora simbólicamente al interior del país, aunque en el caso de los nacionalistas esto es un problema relativamente compensable, porque se trata de un partido con arraigo consolidado fuera de Montevideo. Además, nada indica que el PC defina una candidatura a la vicepresidencia más atractiva en ese sentido, y si consideramos quiénes son las figuras más conocidas en la dirigencia del FA, no parece nada obvio qué mujer podría complementar el perfil bastante urbano de Martínez.

Por otra parte, el oficialismo tiene fundamentos sólidos para alegar que la experiencia de Martínez en cargos ejecutivos es mucho mayor que la de Lacalle Pou o Argimón. Es probable que esto no pese mucho en aquella parte de la ciudadanía que ya tiene una opinión muy negativa sobre el desempeño del FA en el gobierno nacional y montevideano, pero sí puede ser importante en relación con los votos que realmente estarán en disputa.

Por otra parte, es sabido que comparar la cantidad de votos de cada partido no es muy significativo (ya que, por ejemplo, el PN votó mejor que el FA en las internas en 2009 y 2014, pero perdió las nacionales en ambas oportunidades). Sí parece relevante tener en cuenta que, comparando a cada partido con su desempeño anterior, y en un contexto de leve aumento de la cantidad total de votantes, el FA descendió, el PN también (pero menos), el PC aumentó, y la cantidad de sufragios a otros partidos creció mucho, sobre todo por la afluencia a las internas de Cabildo Abierto, donde el único precandidato era Guido Manini Ríos.

En cuanto al desempeño de las encuestadoras, está claro que las mediciones anteriores a las internas sobreestimaron en todos los casos a Sartori y subestimaron a Lacalle Pou en el PN; y que casi todas subestimaron a Talvi y sobreestimaron a Sanguinetti en el PC, al tiempo que subestimaban a Andrade y sobreestimaban ligeramente a Cosse en el FA.

Hasta mañana.