El ex presidente peruano Alejandro Toledo fue apresado en Estados Unidos y esperará la extradición a Perú, en donde se lo acusa de aceptar sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Casi todos los presidentes de la nación andina de los últimos 34 años estuvieron envueltos en escándalos de corrupción, algo que se ve con mucha preocupación. “Que todos estos presidentes terminen presos es una muestra de que el sistema de corrupción en Perú no está lo suficientemente aceitado, algo que nos puede traer grandes complicaciones a la hora de conseguir inversiones extranjeras. Ninguna multinacional invierte en el Tercer Mundo si no tiene la certeza de que sus sobornos van a mantenerse ocultos”, opinó un analista peruano.

En el sistema político peruano también consideran que la situación llegó hasta límites “intolerables” y “peligrosos para la institucionalidad”, por lo que varios legisladores decidieron tomar medidas. “Es estadísticamente imposible que un presidente no robe. La apuesta ahora debería ser a negociar, es decir, que roben pero sin exagerar”, explicó un congresista. “La única manera que se nos ocurrió para que los presidentes se comprometan es incluir en el juramento que hacen antes de asumir la promesa de que van a robar pero sin exagerar”, agregó. Los impulsores de la medida entienden que esta puede ser “perjudicial para la imagen”, aunque “no tanto como tener a todos los ex presidentes presos”.