Era arquitecto y profesor de Matemática, pero desde 1973 se dedicaba con pasión a la actividad teatral, en la que se destacó como actor, director y dramaturgo. Indiscutido referente del ambiente teatral uruguayo, fue reconocido con el premio Florencio a mejor director en 1982, 1988, 1991 y 1998. En 2009, la Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay lo distinguió con el premio Cyro Scoseria a la trayectoria, pero posiblemente haya quedado prendido para siempre a la memoria del público como el coautor, junto a Mercedes Rein, de El herrero y la muerte, la obra estrenada en el Teatro Circular hace 38 años con Walter Reyno en el rol del herrero, y que volvió a escena en 2011 en el teatro Victoria, una sala que el propio Curi contribuyó a recuperar para el teatro montevideano. La obra, dijo alguna vez Curi, fue emblemática porque reflejó, “sin quererlo”, la realidad del momento, “la opresión, que estaba representada por la Muerte, la resistencia pacífica, astuta, que estaba representada por el herrero Miseria, un hombre muy criollo, muy uruguayo, muy pobre, muy astuto, muy incrédulo” que, mediante un artilugio, logra vencer a la Muerte que se lo viene a llevar.

Los restos de Jorge Curi serán velados hoy de 8.00 a 13.45 en la empresa Martinelli, en Canelones y Barrios Amorín, y luego el cortejo se encaminará hacia el Cementerio del Norte, en donde se realizará el sepelio.