La Federación Uruguaya de Magisterio organizó ayer un debate sobre educación pública con los referentes en el tema de seis partidos: Unidad Popular (UP), Frente Amplio (FA), Partido Independiente (PI), Partido Colorado (PC), Partido Nacional (PN) y Cabildo Abierto (CA). El intercambio se orientó mediante una serie de preguntas conductoras que llevaron a hablar sobre cómo debería estar dirigida la educación, las condiciones laborales y el futuro de la Universidad de la Educación (Uned).
Gobernanza en la educación
Todos los presentes estuvieron de acuerdo en mantener la representación de los docentes en el gobierno de la educación, a excepción del nacionalista Juan Gabito, quien aseguró, delante de los maestros que organizaron el evento, que si gana el PN se incluirá su eliminación en la ley de urgente consideración. Además, dijo que “la experiencia ha demostrado” que los consejeros “no han significado una gran diferencia en los logros” sindicales. Gonzalo Abella, presidenciable por la UP, le respondió que “los mejores logros de la escuela pública uruguaya fueron obra del magisterio organizado, y no de los tecnócratas”. A esto, el integrante del equipo de educación del FA Rodrigo Arocena agregó que “no hay ningún argumento que muestre” que la participación docente “haya hecho disminuir el rendimiento” de los consejos.
Robert Silva y Guillermo Domenech –candidatos a la vicepresidencia por el PC y CA, respectivamente– acordaron en el rol que debe tener el Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Para Domenech, el MEC “debe tener una participación algo más que decorativa en la conducción de la enseñanza”, y Silva agregó que debería coordinar y articular con “todo el sistema educativo, incluido el privado”. Mónica Bottero, candidata a vice por el PI, resaltó la adhesión de su partido a las propuestas de Eduy21, en particular en cuanto a fortalecer el gobierno de la educación y reducir el número de integrantes del consejo, aunque aclaró que esto último no alcanza a la representación docente.
Negociación colectiva
En lo que respecta a la negociación colectiva y los Consejos de Salarios, hubo consenso en términos generales, esta vez entre todos los disertantes. Aun así, lo que dividió las aguas fue la inclusión de la ocupación como extensión del derecho de huelga. Abella defendió su inclusión por considerar que las ocupaciones “en este país no son violentas” y que “muchas veces” se dan como forma de defensa de la fuente de trabajo, ante la huida del capital. Bottero y Domenech, en cambio, hicieron alusión a los “organismos internacionales” y a sus “recomendaciones” –que “sería muy bueno seguir”–, mientras que Silva y Gabito no se manifestaron explícitamente ni a favor ni en contra. Este último, a su vez, dijo que desde el PN se cree que el concepto de fuero sindical debe ser “revisado”, entre otras “muchas cosas para modificar”.
Universidad de la Educación
En este caso, la mayor discrepancia estuvo en si los entes de enseñanza deben ser cogobernados. Gabito llamó a no confundir autonomía con cogobierno, e indicó que este último ha sido “la piedra” que impidió avanzar en la creación de la Uned. Domenech criticó la visión del nacionalista y aseguró que “el tema del gobierno” le parece un asunto “lateral”, que no puede ser “un pretexto para que nos estanquemos”.
Por su parte, Arocena, ex rector de la Universidad de la República, fue claro sobre este punto: “Voy a defender el cogobierno en sus diversos aspectos, pero en particular lo que está en juego es el cogobierno estudiantil: una fuente de formación ciudadana, de renovación. Si no apostamos al involucramiento de los jóvenes ¿cómo lo vamos a hacer?”. Arocena resaltó la importancia de “asegurar el carácter universitario de la formación docente”, porque “formación universitaria significa vincular enseñanza con creación de conocimientos” y, “muy en particular” en América Latina, con “el uso socialmente valioso del conocimiento”.