“Cuando acepté esto, me llamó una amiga de mi madre, de Tacuarembó, y me dijo: ‘Mirá, Robert, no aceptes, porque la política es sucia, te van a ensuciar. Yo te conozco de chico, sé lo que sos’”. Así habló Robert Silva, candidato a vicepresidente del Partido Colorado, ayer al mediodía en un acto de la lista 2000, en un local en Comercio y Avenida Italia. Silva hacía referencia a la polémica que se generó luego de que el diario El Observador informara que trabajó en la constructora Teyma-Abengoa mientras era secretario general de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (URSEA). Esto le trajo críticas desde el Frente Amplio (FA), sobre todo del senador Charles Carrera, quien consideró que pudo existir una “conjunción del interés público y el privado.
En el acto de ayer, Silva sostuvo que “hay una encarnada campaña difamatoria y de injurias” contra su persona y que lo que tiene para decir al respecto es que su vida es “ética, honorable y de trabajo”. “Vengo desde abajo, y he llegado acá en base a mi esfuerzo y a mi trabajo. Lo voy a decir esta vez y ya está, porque no hay que gastar pólvora en chimangos. Además, hay que concentrase en las cosas que precisamos todos los uruguayos: cambiar este gobierno, cambiar este modus operandi, esta forma de actuar, que divide, etiqueta y encasilla, descalifica y deshonra a las personas”, sostuvo.
A la salida del acto, en una rueda de prensa, Silva dijo que es “absolutamente falso” que la empresa Teyma estuviera regulada por la URSEA y eso “no admite el menor análisis”. “La gente que está en el tema sabe que es así. No hubo incompatibilidad de cargos, no hubo situaciones reñidas con la ética ni con el derecho en ninguna circunstancia. No me van a ensuciar con estas cosas que afirman, que además son producto de una campaña que vaya a saber qué fines tiene, capaz que es porque soy candidato a la vicepresidencia”, señaló.
A todo esto, en el acto de ayer, el ex presidente Julio María Sanguinetti defendió a Silva y se refirió a los “chisporroteos malignos” del FA, que ha vuelto “a su condición original, de descalificar”. “Antes, los tupamaros primero descalificaban, te acusaban de torturador y después te mataban; luego, el FA aprendió una técnica un poco más sutil: primero te difamo, después te enchastro y luego te trato de destruir políticamente. Esto no va a pasar acá. No te preocupes, Robert; primero, porque las cosas están claras y, segundo, porque lo único que van a medir es su baja estatura moral, ya que es a lo único que pueden recurrir”, dijo.
Además, el ex presidente le dijo a Silva que cuando se “empieza a crecer” en política es “inevitable, no la mala fe, como en este caso, pero sí el celo y a veces la envidia y el prejuicio”. “Yo, en mi larga vida política, amanecí como comunista, porque eramos los ‘comunistas chapa 15’, y luego pasé por fascista. Cuando salimos de la dictadura, construimos el cambio en paz y me pegaron de los dos lados”, subrayó.
Sanguinetti empezó el acto con fuertes críticas al FA. Dijo que, “por suerte”, al entrar al gobierno “entregaron sus clásicas banderas”, pero luego “se pasaron para el otro lado”. Sostuvo que antes “llevaron al país a la violencia por la reforma agraria”, para “repartir la tierra”, pero bajo los gobiernos del FA el país ha vivido “el proceso de concentración y extranjerización de la tierra más grande de su historia”. “No es que a nosotros nos moleste que haya extranjeros en la tierra, pero les debería molestar a ellos, que pasaron toda la vida diciendo lo contrario, y ahora se produjo, no ya un proceso normal, sino un proceso espectacular de concentración y extranjerización de la tierra. Entonces, para todo ese difuso sentimiento de izquierda debe de haber una gran frustración”, finalizó Sanguinetti.