El escenario político actual es favorable al cambio de gobierno y existen muchas razones, más allá de lo que dicen las encuestas de intención de voto, aunque la elección aún no está definida, asegura el politólogo Ignacio Zuasnabar, director de Equipos Consultores. Este diagnóstico fue el centro de una presentación que hizo ayer en el piso 40 del World Trade Center, en una actividad organizada por la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica del Uruguay.
La última encuesta de Equipos, que le da apenas cuatro puntos más al Frente Amplio (FA) que al Partido Nacional (30% contra 26%,) y que lo ubica 12 puntos porcentuales debajo de blancos y colorados juntos, es uno de los tantos muestreos que exhiben un deterioro del partido de gobierno, según la presentación de Zuasnabar. De esta manera, enumeró, en base a otros estudios de Equipos, que existen “evaluaciones negativas sobre la marcha de las cosas” (47% de la población cree que la situación de la economía es mala, cuando en 2014 ese mismo porcentaje creía que era buena); se consolida la inseguridad como el principal problema del país (68% lo considera así), mientras que el empleo aparece en segundo lugar (44%), y el gobierno tiene una evaluación negativa (29% de aprobación contra 50% de desaprobación), algo que no había ocurrido durante las campañas de 2009 y 2014, cuando el FA fue reelegido en el gobierno.
Además, Zuasnabar habló de “cambios más profundos” en la población uruguaya, que “se ha movido a la derecha”. En este momento 29% de la población se define como de izquierda o centroizquierda, mientras que 31% se autoidentifica como de derecha. En 2009 y 2014 las personas identificadas con la izquierda superaban a las de derecha, 37% a 27% en ambos casos. El director de Equipos también sostuvo que el FA “ha erosionado su base de identificación partidaria”. En 1999 30% de la población se definía como “frenteamplista” y la cifra tuvo su pico en 2004 (42%), pero ahora apenas llega a 27%. No obstante, sostuvo que esa pérdida no ha ido en paralelo a un crecimiento de las identificaciones partidarias de los partidos tradicionales, pero sí de los que se definen como “independientes”.
La posibilidad de que ningún partido tenga mayorías –algo que Zuasnabar estimó muy probable– haría además que el FA tenga que salir a buscar acuerdos para gobernar, y en ese aspecto, el director de Equipos consideró que la oposición está en un “proceso más avanzado” que el FA, que tiene más comprometida esta posibilidad. Por eso, estimó que la elección posiblemente sea “modelo 1999”, cuando el FA fue la fuerza más votada pero en segunda vuelta lo superó una coalición opositora.
A pesar de este panorama, Zuasnabar aseguró que la elección “no está definida”. Entre otros argumentos, mencionó que el FA sigue siendo el partido más grande y sigue mostrándose como un partido “competitivo”. Además, dijo que muchas de sus políticas “continúan sintonizando con grandes sectores de la población”, como la lucha contra la pobreza, la reforma tributaria, la reforma de la salud, las relaciones laborales y la igualdad de género. A pesar de algunas críticas, en estos casos el “énfasis valórico” que tuvo el FA es “compartido por la mayoría de los uruguayos”.
Además, recordó que las encuestas subestimaron al oficialismo en 2014 (en alrededor de 4%), que el “efecto Argentina” puede ser una buena oportunidad para el oficialismo –para “mostrar lo que se evitó”– y que el FA “remata bien las campañas”, mientras que la oposición debe resolver “problemas pendientes” de “cooperación y conflicto”.
La confianza de los consumidores y las elecciones
La economista Silvia Vázquez, del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica del Uruguay, hizo una presentación en la que analizó la confianza de los consumidores en los períodos previos a la realización de elecciones nacionales. Al igual que lo que ocurre en otros países, los períodos previos a las elecciones en Uruguay se han caracterizado por ciclos de optimismo que luego no necesariamente se sostienen tras los comicios. “En 2009 salíamos de aquel susto de la crisis internacional y ‘lo mejor estaba por venir’. En 2014 estábamos en una zona optimista, pero era como que ‘lo mejor ya pasó’. Y ahora partimos de niveles muy bajos de confianza (47,1% en junio) y alguno tiene la idea de que ‘lo que venga tendría que ser mejor’, pero siempre se ve una tendencia al alza”, resumió Vázquez.
Según dijo, quienes se identifican como votantes del FA son los más optimistas respecto de cómo estará la situación económica del país en los próximos tres años, pero los nacionalistas también tienen una percepción positiva de cara a ese período, a diferencia de lo que ocurre con los votantes colorados. “En la elección pasada [los votantes del PN] empujaban la media hacia abajo [respecto de la confianza] y ahora la empujan hacia arriba”, observó. Sin embargo, Vázquez recalcó que los simpatizantes nacionalistas tienen expectativa de mayor desempleo a un año.