Una anécdota: hace algunas semanas una amiga me comentó que su hijo le había preguntado si el jugo de naranja se hacía exprimiendo caramelos de naranja. ¡Cómo nos reímos! Más allá de lo hilarante de la situación, lo cierto es que el vínculo de nuestros chicos con la naturaleza es cada vez más débil. Por eso las mamis tenemos que aprovechar cualquier oportunidad para llevarlos al campo y mostrarles de dónde vienen las manzanas, las uvas, los huevos de gallina y el bife ancho. Además, el campo no es solamente el lugar donde los seres humanos nos conectamos con el origen de los alimentos, sino también el refugio al que acudiremos si el 10 de mayo los montevideanos deciden darle la espalda a la historia y colocar a otro tirano marxista al frente de la Intendencia de Montevideo. Así que lo mejor es que nuestros niños se vayan acostumbrando a las picaduras de avispa y a pisar excremento ovino. Pero no sufran, chicas, recuerden que estas experiencias desagradables siempre van a ser preferibles a la expropiación de la propiedad privada y el exilio.