La propuesta de Luis Lacalle Pou de flexibilizar las normas fiscales para extranjeros y promover así que empresarios de alto poder adquisitivo, fundamentalmente argentinos, se radiquen e inviertan en Uruguay, fue criticada desde el Frente Amplio. El que salió a pegarle más fuerte al presidente electo fue José Mujica, quien opinó: “En vez de traer 100.000 cagadores argentinos preocupémonos por que los nuestros inviertan acá”. Ante las repercusiones de sus dichos, sobre todo en Argentina, el ex presidente y senador aclaró: “Yo no tuve intención de ofender a nadie, simplemente quise defender el derecho de los uruguayos, es decir, de mis compatriotas, a ser cagados por empresarios de su propio país”. El mandatario afirmó además: “No tengo nada contra los cagadores argentinos, pero que te deje nadando en la mierda un empresario compatriota tiene otro sabor. Eso se lo discuto a cualquiera”.

Las palabras de Mujica también fueron blanco de críticas, sobre todo desde el sector empresarial. “Nos piden a los cagadores uruguayos que invirtamos dinero acá, pero el problema es que no hay certezas jurídicas. Yo le hice caso a Mujica y cagué a mucha gente acá en el país en lugar de salir al mundo a cagar extranjeros, y terminé preso”, aseguró Alberto Fernández, uno de los ex propietarios de Fripur, quien recientemente fue procesado con prisión por estafa. “Nunca más le pago una banda presidencial a alguien”, concluyó.