Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

En los últimos días disminuyeron un poco la cantidad de casos nuevos de covid-19 y el total de activos, aunque siguen altas la proporción de positivos en el total de testeos, la cantidad de personas en cuidados intensivos y la de fallecimientos diarios. De todos modos, estas variaciones se registraron en un período demasiado breve para afirmar que hay cambios de tendencia. Lo que más importa hoy son las precauciones y el acceso a vacunas, aunque sea para la población en mayor riesgo.

Sobre esto último se ha informado que el Poder Ejecutivo realiza gestiones, pero no ante quiénes ni con qué criterios, y mucho menos cuándo sería razonable esperar resultados. La tarea no es fácil. La oferta mundial de vacunas aún dista de satisfacer la demanda, son muchísimos los Estados que procuran lo mismo, y Uruguay no está entre los más poderosos ni entre aquellos que, por la extrema gravedad de su situación, pueden ser prioridad en términos de ayuda humanitaria.

Dado que el gobierno de Argentina realizó gestiones que ya le permitieron acceder a vacunas, y que el canciller uruguayo Francisco Bustillo tiene una relación de amistad con el presidente Alberto Fernández, es difícil ver algo reprochable en que hayan hablado sobre la posibilidad de que Fernández ayude a conseguir lo que Uruguay necesita. Sin embargo, esto parece haber descolocado a varios legisladores oficialistas.

El presidente argentino manifestó ayer, en entrevista con Radio 10 de su país, que tanto Bustillo como el mandatario de Bolivia, Luis Arce, le pidieron cooperación y que él está dispuesto a brindarla. La senadora nacionalista Graciela Bianchi afirmó que “Uruguay tiene sobrado prestigio internacional para poder llegar [a las vacunas] mucho mejor que Argentina”, pasando por alto que, de hecho, Argentina ya las obtuvo y Uruguay no. Bianchi agregó incluso que, si hubo una solicitud, sería una falta ética de Fernández haberlo mencionado (como si se tratara de algo indecoroso) y que “es una manera de desprestigiar” al presidente Luis Lacalle Pou, “que tiene un prestigio internacional” por su manejo de la pandemia.

Desde el Partido Colorado no se llegó a esos extremos, pero quedó claro que, al igual que Bianchi y el coordinador de la bancada del Partido Nacional, Gustavo Penadés, ni Ope Pasquet (Ciudadanos) ni Conrado Rodríguez (Batllistas) están enterados de las gestiones que ha realizado el Ejecutivo. Tanto Pasquet como Rodríguez consideraron necesario que se brinde información al respecto, y sobre esto están de acuerdo con el Frente Amplio, que a tales efectos le pedirá al ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, que asista a la Comisión de Salud del Senado.

Sería bueno que, en cuestiones tan importantes como la de frenar la propagación de esta enfermedad, las opiniones no predominaran sobre los hechos. Esto vale también para los comentarios del director de la Policía Nacional, Diego Fernández, sobre los operativos recientes a fin de evitar aglomeraciones. El jerarca sostuvo, sin explicar mucho a qué se refería, que algunas personas intentan que los jóvenes “formen parte de una masa para que la Policía actúe”.

Hasta mañana.