Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Faltan nueve días para la asunción de Luis Lacalle Pou, y asoman problemas inesperados para su “coalición multicolor”, a los cuales se sumó ayer la detención de la contadora Maya Cikurel Spiller, actual pareja del ministro designado de Educación y Cultura, Pablo da Silveira.

Cikurel estaba requerida mediante Interpol por un proceso en Panamá, por el que se la acusa de haber sido intermediaria de coimas de la empresa brasileña Odebrecht. Da Silveira no está acusado de nada, pero eso no impidió que muchas personas –entre ellas, algunos dirigentes frenteamplistas– vincularan el incidente con presuntas características e intenciones de quienes integrarán el futuro gobierno.

Otras complicaciones sí son netamente políticas. El diputado del Partido Independiente, Iván Posada, había dicho en una entrevista con este medio que el futuro gobierno no sería ejercido por “una coalición en el sentido típico”, porque se apoyaría en “acuerdos bilaterales” de cada partido con Lacalle Pou. En la discusión del borrador del proyecto de ley de urgente consideración tampoco se habían realizado reuniones de dos partidos integrantes de la “coalición multicolor” que no incluyeran a nacionalistas (o, con mayor precisión, a representantes del futuro presidente), pero todo llega.

Ayer hubo un encuentro sobre ese tema entre Guido Manini Ríos y Julio María Sanguinetti, al que asistieron otros legisladores del Partido Colorado (PC) y Cabildo Abierto (CA), y una de las coincidencias fue que la “coalición multicolor” necesita un ámbito de reunión conjunto, formal y permanente. Resolver esto plantea varias dificultades, y quizá la principal es que la reunión habitual de una “cumbre” de los cinco partidos pondría en evidencia que Lacalle Pou depende del apoyo de por lo menos dos de ellos (justamente el PC y CA, los reunidos ayer) para aprobar proyectos de ley.

Por otra parte, en el Consejo de Ministros no está (porque no quiso estar) Manini Ríos, y una coordinación “multicolor” estable en el Parlamento sería un centro de decisión sin Lacalle Pou, en el que además Sanguinetti reemplazaría a Ernesto Talvi (y se podría agravar el conflicto entre Edgardo Novick y el único legislador del Partido de la Gente, aunque esto en principio no afectaría la operatividad de la coalición).

Sanguinetti y Manini Ríos también estuvieron de acuerdo en que la eliminación del papel monopólico de ANCAP no debe incluirse en el proyecto de urgente consideración. No hace falta ser muy astuto para darse cuenta de que, por lo tanto, esos artículos se retirarán o no serán aprobados (ya que, obviamente, tampoco los apoyarán los legisladores del FA), y esto reafirma que Lacalle Pou no podrá hacer todo lo que quiere. Queda por verse si prefiere aceptar la voluntad de sus socios clave o enviar la propuesta de todos modos, para marcar su posición en la materia: ambas opciones tendrían costos políticos.

De postre, y en términos más previsibles, el PIT-CNT planteó que el proyecto no sea de urgente consideración, y la Comisión Nacional de Fomento Rural opinó que su borrador causa “más incertidumbres que certezas”.

Hasta el lunes.