Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El futuro gobierno “va hacia el mismo objetivo que toda la derecha en América Latina: paralizar al movimiento sindical, porque sabe que somos la garantía fundamental para generar derechos y defender al más débil [...] Están preparando el campo para degollarnos de parados”. Lo dijo Daniel Diverio, presidente del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), en la apertura del 17º congreso de esa organización, en la que participó como invitado el presidente Tabaré Vázquez. Quizá las cosas sean un poco más complicadas.

Es claro que hay un amplio espacio de coincidencias entre los partidos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto (CA), Independiente y De la Gente, expresado en el documento Compromiso con el País, que fundamentó el apoyo de esas cinco fuerzas políticas a Luis Lacalle Pou en el balotaje del año pasado (aunque quizá el mayor facto de unión haya sido la voluntad de derrotar al Frente Amplio). Sin embargo, también hay –lógicamente– discrepancias dentro de la “coalición multicolor”, y su envergadura recién podrá medirse cuando aborde la difícil tarea de cogobernar.

La propia idea de aprobar una ley de urgente consideración (LUC) con cientos de artículos, referidos a una gran diversidad de áreas, es un indicador de que el futuro presidente de la República no está totalmente seguro de que contará con un respaldo sin fisuras durante mucho tiempo. Por lo pronto, Guido Manini Ríos ya adelantó que los legisladores de CA se reservan la posibilidad de no acompañar algunas iniciativas, y que asumen que tendrán “las manos libres” en todos los temas que no hayan sido acordados expresamente en Compromiso con el País (o sea, en todos aquellos en los que hay discrepancias).

Por otra parte, es muy discutible que todas las iniciativas que se quieren incluir en ese proyecto sean urgentes para el país, y la vicepresidenta Lucía Topolansky afirma que eso deberá ser lo primero que se trate. Lo que resulta obvio es que aprobarlas tiene urgencia para Lacalle Pou.

Faltan dos semanas para el cambio de mando en el Poder Ejecutivo, y ya comenzó el intercambio formal entre quienes lo integrarán acerca del anteproyecto de LUC. Luego vendrán las opiniones de los parlamentarios del nuevo oficialismo y la nueva oposición, que asumirán sus cargos mañana. También opinarán las organizaciones sociales y los especialistas. Que el tiempo para debatir sea breve (brutalmente breve, en relación con la cantidad de propuestas) acota también la posibilidad de buscar soluciones alternativas, y es probable que en más de un área haya desenlaces poco deseables.

Además, no hay que descartar la posibilidad de impugnaciones posteriores ante la Suprema Corte de Justicia (aunque el futuro prosecretario de Presidencia, Rodrigo Ferrés, asegure que el texto “no tiene ninguna inconstitucionalidad” porque se elaboró con mucho cuidado...), y tampoco parece imposible que haya un recurso de referéndum. En definitiva, parece probable que las discusiones sobre la LUC (y sobre las medidas vinculadas con ella que se incluyan en el proyecto de Presupuesto) se prolonguen bastante más allá de lo previsto por sus impulsores.

Hasta el lunes.