Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El sistema de partidos uruguayos se ha destacado, históricamente, por su estabilidad y fortaleza, pero eso no significa que esté libre de problemas y riesgos.

De las fuerzas políticas formadas antes de la última dictadura se mantienen con vigor tres: el Partido Nacional (PN), que fue el segundo más votado durante los gobiernos del Frente Amplio (FA) y ahora ocupará la presidencia de la República; el Partido Colorado (PC), que en este siglo vivió momentos muy difíciles pero conserva presencia e incidencia; y el propio FA, que ha llegado a ser el mayor partido del país y, pese a su derrota del año pasado, es sin duda un actor de primera línea. Los lemas fundados después de la dictadura han tenido, en casi todos los casos, menor fortuna.

El Partido Independiente es el resultado final de varios intentos que comenzaron con la fractura del FA en 1989, y aunque este año participará por primera vez en un gobierno nacional, con un ministro, su votación fue muy mala. Unidad Popular, cuyo origen se remonta a otras escisiones del FA -en 2006 y 2008- logró llegar al Parlamento en las elecciones de 2014, pero en las del año pasado no repitió ese desempeño, e intentará repuntar en las departamentales.

Cuando nacionalistas y colorados acordaron usar el lema Partido de la Concertación, para las elecciones departamentales montevideanas de 2015, no lograron derrotar al FA, pero sí -aunque eso estaba lejos de sus intenciones- lanzar al estrellato a Edgardo Novick, que luego formó el Partido de la Gente (PG) y reclutó a legisladores electos por otros lemas. Pero el PG votó muy mal el año pasado, entre otras cosas porque Juan Sartori fue una opción mucho más potente bajo el rubro “empresario exitoso”, mientras que Guido Manini Ríos le quitó votantes deseosos de “mano dura”. El partido de Novick no tendrá, que se sepa, cargos de importancia en la “coalición multicolor”, afronta importantes problemas internos, y no logró reunir a ninguna de sus convenciones departamentales con miras a las elecciones del 10 de mayo.

Cabildo Abierto (CA) es la formación más nueva y más exitosa, pero su futuro aún es una incógnita. Está por verse cómo aprovechará Manini Ríos su bancada, decisiva para que la futura coalición de gobierno nacional pueda aprobar leyes, sus dos ministerios y otros cargos de importancia. No se puede decir que aporte datos inesperados sobre CA la entrevista que le realizamos a Raúl Lozano, quien ocupará una banca de ese partido en el Senado.

Los tres más antiguos deben encarar desafíos muy relevantes. En el PC, es bastante claro que Julio María Sanguinetti está en el último tramo de su vida política, y habrá que ver si Ernesto Talvi puede consolidar un liderazgo exitoso. El FA tiene por delante un difícil proceso de reconversión y muchas controversias internas por resolver; y el PN se juega mucho con el experimento de la “coalición multicolor”, que puede fortalecerlo pero también puede costarle muy caro.

En estos días, además, los nacionalistas tienen que decidir cómo manejan la delicada cuestión del ex intendente de Colonia, Carlos Moreira, después del pronunciamiento en su contra de la Junta de Transparencia y Ética Pública.

Hasta mañana.