Tejedora y enfermera, jubilado, pistero y funcionario en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social son algunos de las actividades a las que se dedican los ediles de las distintas Juntas Departamentales de país. La Constitución dice que el puesto de edil debe ser honorario pero cada una de las juntas encuentra diferentes maneras de compensar el trabajo de los legisladores locales. Entre las tareas que tienen asignadas esta la asistencia a las sesiones ordinarias y extraordinarias, la recorridas por las distintas localidades de los departamentos y la integración de comisiones.

Mauro Álvarez, edil del Frente Amplio (FA) del Movimiento de Participación Popular (MPP) de Lavalleja opinó que esta actividad es “la más austera del país”, porque los ediles no tienen ningún tipo de compensación económica por gastos de representación. “Lo único que cobramos, cuando vamos al Congreso Nacional de Ediles, es el hospedaje y la alimentación”, que tienen que justificar con una boleta con el RUT de la Junta. “No se puede hacer ningún tipo de gasto que no sea alimentación y hospedaje, incluso no hay ni para boletos ni combustible”, comentó. Lo que sí tienen los ediles de Lavalleja es un teléfono celular, gracias a un contrato firmado entre la Junta y Antel. Álvarez comparó esta situación con la de otras Juntas en las que “hasta hay gastos de secretaria”, pero aclaró que se trata de algo que está presupuestado.

Claudio Visillac (Asamblea Uruguay), edil del FA en Montevideo, dijo que la Junta aprueba una partida por secretaría para que cada edil tenga su equipo de despacho. “También depende de cada sector cómo es que quieren que trabajen sus ediles, por eso hay diferentes modalidades” expresó. Se puede contratar a un abogado, un contador o un asistente social, según la comisión a la que se asista, comentó.

Lo que sí sucede en Montevideo es que los ediles tienen exonerada la patente de rodado y además cuentan con vales de nafta. Los integrantes de la Junta que no tienen coche usan los autos de la Junta y se les descuenta el valor de la partida en costo de taxi.

Otra diferencia entre Montevideo y varios departamentos es que en la capital, la labor está más “profesionalizada”, algo que queda en evidencia por la hora en la que se hacen las sesiones. En Colonia o Artigas, por ejemplo, estas son mensuales y empiezan después de las 20.00.

Visillac, por ejemplo, aclaró que trabaja a tiempo completo porque tiene un vínculo contractual con su sector, pero no se trata de un sueldo. También explicó que los ediles montevideanos del FA también son full time, por lo que sesionar todos los jueves a las 16.00 no sería un problema.

En cambio, Cristina Ruffo, edila del Partido Nacional (PN) en Montevideo, aseguró que no cobra un ingreso de su sector (Alianza Nacional), y que sus ingresos provienen únicamente de su actividad como tejedora y de aplicar inyectables; es enfermera aunque solo se dedica a esa tarea.

No tener un ingreso del sector suele ser lo más común en el interior. El edil frenteamlista de Colonia Daniel Almada es funcionario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y su compañero de bancada Rodolfo Montaña es pistero en la estación de servicio de Colonia Valdense. Los ediles de ese departamento tienen una partida por combustible que es de 590 litros por mes para los titulares con la finalidad de que recorran el departamento. Además, a los suplentes les dan 50 litros por cada comisión a la que asisten.

Reforma sí, reforma no

Muchos de los ediles consultados por la diaria fueron partidarios de reformar la Constitución para poder recibir un sueldo por su tarea. Álvarez dijo que es un trabajo que lleva tiempo y necesita más profesionalización. “Creo que es importante una discusión sobre esta línea, lo pongo en negrita y cursiva para que se vea de lejos: reforma constitucional, no estoy de acuerdo con que se hagan métodos alternativos para la remuneración”.

Ruffo coincidió con Álvarez porque “las personas necesitan una remuneración” por su trabajo. Arana coincidió en que sería mejor si los ediles recibieran un dinero fijo: “Se otorgan vales de nafta pero esas cosas son muy difíciles de controlar”, al punto de que si “un edil tuviera un Rolls-Royce, también tendría exonerado ese impuesto”.

En cambio, Visillac fue más escéptico: “Podría ocasionar un mayor costo [para las Juntas]. No es un tema que esté sobre la mesa, menos en este momento, y no se puede intercambiar de manera seria en plena campaña departamental”, dijo.