Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Varios actos públicos simbolizaron ayer el comienzo del nuevo gobierno, con tomas de posesión en los ministerios y, sobre todo, la prometida reunión en la que el presidente, Luis Lacalle Pou, recibió a los jefes de Policía de todos los departamentos, para darles directivas de trabajo junto con el ministro del Interior, Jorge Larrañaga. Fue una jugada política fuerte, que –más allá del necesario debate acerca de esas orientaciones– muestra pros y contras de la decisión de “hacerse cargo” personalmente de la gestión de gobierno, reiterada por Lacalle Pou desde las campañas del año pasado hasta su discurso del domingo ante la Asamblea General.

Es posible que, en primera instancia, muchas personas vean con simpatía esta actitud, pero las tareas de un primer mandatario son muchas, y obviamente le impiden mantener un involucramiento directo y cotidiano en las tareas de cada secretaría de Estado; por lo tanto, se pueden generar expectativas irreales, que luego sean contraproducentes para la imagen presidencial. A esto se suma cierta aceleración: ayer a las tres de la mañana había gente estampando el escudo nacional en la fachada de la Torre Ejecutiva.

En el caso particular del Ministerio del Interior, no es indispensable que el secretario de Estado se presente como “el primer policía”, del modo en que lo hizo durante muchos años Eduardo Bonomi, y decididamente no es la norma que ese papel sea desempeñado por el presidente de la República. Las consideraciones generales planteadas en el párrafo anterior pueden tener implicaciones muy delicadas en este terreno.

Lo de “hacerse cargo” no se aplica para todo. Isaac Alfie, director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, sostiene que ANCAP, Antel, OSE y UTE deben aumentar con urgencia sus tarifas, pero quiere que los actuales presidentes de sus directorios –nombrados por el anterior gobierno– propongan porcentajes de incremento, y los conminó a hacerlo por escrito, a más tardar este miércoles a las 16.00.

En las ceremonias de asunción ministeriales, algunos discursos –no todos– siguieron la pauta marcada el domingo por Lacalle Pou, con críticas bastante explícitas a las gestiones anteriores (que él y Larrañaga reiteraron ayer, con respecto a las políticas de seguridad y de convivencia). En esa línea se ubicaron afirmaciones de Javier García (Defensa Nacional), acusando a “sectores políticos” de no haber respetado como es debido a los militares; de Azucena Arbeleche (Economía y Finanzas), acerca del déficit fiscal y la existencia de un “atraso cambiario”; de Pablo Mieres (Trabajo y Seguridad Social), sobre decisiones que, según dijo, agravaron los problemas de la seguridad social; o de Daniel Salinas (Salud Pública), en referencia a “grupos vulnerables que no han recibido la atención suficiente”.

También hubo planteamientos polémicos, como el de García al ubicar el combate al crimen organizado como una tarea de las Fuerzas Armadas, para la que pedirá cooperación de otros países. Por otra parte, no es fácil todavía comprender qué misión le atribuye Pablo Bartol al Ministerio de Desarrollo Social.

Hasta mañana.