Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La situación política en Uruguay no es como la de Hungría, donde el Parlamento avaló que el presidente Viktor Orbán gobierne mediante decretos por tiempo indefinido, para combatir la expansión del nuevo coronavirus. Por lo tanto, es sano y razonable que Luis Lacalle Pou haya decidido adelantar la reunión que le habían solicitado representantes del Frente Amplio (FA), fijada en principio por el presidente de la República para este viernes, pero que se realizará hoy. Entre otras cosas, esto puede contribuir a que disminuyan algunas tensiones entre oficialistas y opositores que aumentaron en los últimos días.

El Poder Ejecutivo no había respondido a las insistentes propuestas del FA para procurar un “gran acuerdo nacional” entre partidos, organizaciones sociales e instituciones académicas, ni a las medidas planteadas desde la coalición de izquierda para enfrentar la emergencia sanitaria. A eso se ha sumado que altos dirigentes oficialistas afirmen, con creciente frecuencia, que las actuales situaciones de vulnerabilidad social revelan una realidad no registrada o disimulada por los datos oficiales y el discurso del gobierno anterior. Y eso pese a que el Instituto Nacional de Estadística había informado, ya a fines de 2018, que casi la cuarta parte de los trabajadores estaba en condiciones de informalidad.

Los dirigentes de la “coalición multicolor” no avalan (menos mal) cosas como las que afirman en redes sociales algunos de sus seguidores, acusando al FA de haber desguarnecido deliberadamente al país en materia sanitaria, para perjudicar al actual gobierno. Pero resulta obvio que la mezcla del ninguneo y el relato sobre los “pobres ocultos” ayuda poco a establecer un clima propicio para la cooperación ante la crisis.

En las actuales circunstancias, con solicitudes de seguro de desempleo que ya llegaron a 75.000, entrar en el juego político de señalar culpables sólo puede contribuir a encrespar los ánimos. Sobre todo porque persisten las controversias sobre decisiones del Ejecutivo, incluyendo la de eximir por ahora al sector privado de contribuciones forzadas al Fondo Coronavirus como la que se quiere imponer a los funcionarios públicos con mayores sueldos, mediante un proyecto de ley cuyo ingreso al Parlamento está previsto para mañana, y cuyos detalles aún no se han dado a conocer.

Al respecto, el senador y ex ministro de Economía y Finanzas Danilo Astori comentó que le parece que esa medida, y otras adoptadas o anunciadas por el Ejecutivo, “están orientadas en la dirección correcta”, pero insistió en que otras deberían ser corregidas (entre ellas la de aumentar el IVA a las compras con tarjetas de débito), y en que preferiría que también hubiera un aporte del sector privado para afrontar la emergencia. Astori busca tender puentes, pero necesita que lo ayuden desde el otro lado.

Todos sabemos que hay opiniones contrapuestas sobre lo que le conviene al país, y que los enfrentamientos relacionados con el postergado proyecto de ley de urgente consideración serán muy duros. Pero ahora deberíamos estar en otra cosa.

Hasta mañana.