Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Las decisiones anunciadas por el nuevo gobierno el miércoles fueron las primeras que incidirán directamente en la situación económica de la mayoría de la población, y es lógico que continúen sus repercusiones, incluyendo las críticas desde la oposición política y social, pero también las de sectores empresariales afectados, como el de los propietarios de hoteles y restaurantes.

Salió al ruedo el senador Danilo Astori, y no sólo cuestionó los efectos sociales de las medidas que se aplicarán, sino también la “violación” de compromisos reiterados durante la campaña electoral del presidente Luis Lacalle Pou, a quien acusó de intentar endilgarle al anterior gobierno frenteamplista “toda la responsabilidad de los problemas que están surgiendo” en estos días.

Por otra parte, el director del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, Milton Castellano, expresó su preocupación por los efectos que tendrá en “los bolsillos de los uruguayos” la sumatoria de los aumentos de tarifas, el aumento del IVA para las compras con tarjeta, la coyuntura internacional por el coronavirus y la suba del precio del dólar.

No sabemos qué habría comentado sobre estas medidas la economista Laura Raffo, si mantuviera su espacio en Telemundo. Tampoco es muy difícil imaginarlo, pero el caso es que ahora Raffo está dedicada de lleno a otras tareas, como candidata a la intendencia de Montevideo (IM) de la “coalición multicolor”, y sobre eso le preguntamos al entrevistarla.

La contienda es difícil para ella, ya que todo indica que Montevideo se mantiene como un fuerte bastión del Frente Amplio (FA), con altos niveles de aprobación a sus gobiernos departamentales (otro asunto es cuál de los dos datos predomina, pero en los hechos se potencian mutuamente). Con este panorama, y aún sin un desarrollo programático que permita plantear lineamientos globales, Raffo despliega una variedad de cuestionamientos a la gestión en áreas específicas de los gobiernos frenteamplistas, y en especial del de Daniel Martínez, que aparece en las encuestas como el más fuerte de sus rivales.

En esa línea, paga tributo todavía a su falta de experiencia en el manejo de algunas cuestiones. Por ejemplo, afirma que le parecen muy razonables las demandas de ADEOM para “defender el trabajo” de los funcionarios de la IM, pero a la vez afirma que son demasiado escasos los porcentajes del presupuesto departamental destinados a inversiones y a políticas sociales, quizá sin reparar en que la mayor parte de ese presupuesto se destina a las remuneraciones que el sindicato defiende.

Por último, una breve reflexión. Contra lo que dice el dicho, con la salud se juega, sobre todo cuando existe una sensibilidad social exacerbada, como sucede ante la pandemia del nuevo coronavirus. En muchos países, sectores de oposición tratan de culpar a los gobiernos de no adoptar todas las medidas necesarias, y las autoridades extreman sus precauciones, en parte para prevenir la enfermedad y en parte para cuidar su propia salud política. Ojalá que en Uruguay, donde hay una larga lista de cuestiones que merecen ser debatidas con seriedad por el sistema partidario, no nos contagiemos de esas prácticas.

Hasta el lunes.