Dos de los primeros casos de coronavirus confirmados en el país se dieron en Salto. En ese departamento funciona la Unidad 20 Salto, una de las cárceles más activas e inmersas en la comunidad.

Enteradas de las noticias, personas privadas de libertad, junto con el Sindicato Único de la Aguja, elaboran tapabocas para distribuir dentro y fuera de la cárcel. “La idea surge dentro de la unidad. Hace varios años que existe un taller de costura, a cargo del SUA, y en ese marco de está desarrollando la confección de estos artículos”, comentó a la diaria María de los Ángeles Machado, directora de la cárcel. En la mañana de este lunes elevaron el planteo a la Subdirección Nacional Administrativa del Instituto Nacional de Rehabilitación, que vio con buenos ojos la iniciativa.

Los insumos para la producción se compran con la caja chica de la cárcel. Durante este lunes se confeccionaron más de 200 tapabocas. “La idea es poder elaborar para otras unidades y para otros actores de la comunidad, ya que hay carencias”, explicó Machado. Los tapabocas se adecuan a los estándares de confección. Tienen dos telas: una entretela fina y una estilo TNT pero más gruesa. El virus es de gran tamaño, por eso se necesita utilizar más de un filtro.

Se explora la posibilidad de abastecer también a la Jefatura de Policía de Salto y a la base de la Guardia Republicana en el departamento.

En la cárcel funciona también una fábrica de mermeladas, que emplea a varias personas, en particular a las mujeres allí recluidas. La producción se distribuye por intermedio de las familias en pequeños comercios del departamento. En ese marco se está intentando –utilizando los destiladores de mermelada– producir alcohol en gel, otro insumo faltante en el mercado local y fundamental para el cuidado ante el avance del coronavirus.

Se están haciendo pruebas, que son supervisadas por una docente de Química. De llegar al resultado esperado, se donará la producción a los hogares de personas mayores del departamento.

En la unidad se tomaron varias medidas para contener la situación. Hubo un taller de sensibilización para funcionarios, se dispusieron varias medidas de limpieza y se colocó una pileta en el ingreso de la cárcel para lavarse las manos. En cuanto a las visitas, se dispuso que pueda entrar solamente un familiar directo por persona privada de libertad. Los niños no tienen permitido el ingreso. Al igual que en otras unidades, se suspenderán las actividades de educación formal y no formal. “El clima es bueno, más allá de que se han tomado determinaciones de restricción de visitas. Las personas privadas de libertad entienden la situación y colaboran”, concluyó Machado.