Durante mucho tiempo, DC Comics se caracterizó por ser una compañía que, además de editar historietas de superhéroes, producía títulos que buscaban atraer a otra clase de público, sin descuidar al que ayuda a pagar las cuentas todos los meses.

Entre 1993 y 2019, los mejores exponentes de esta clase de historietas fueron publicados dentro de su sello Vertigo. Y en numerosas ocasiones estuvieron entre lo más destacado de la editorial, por el talento de los creadores involucrados y por el resultado final. Pero Vertigo no logró recuperarse de la pérdida gradual de ese talento, que prefería trabajar con editoriales que le permitieran un control más férreo de sus “propiedades intelectuales” (en futuras adaptaciones televisivas, por ejemplo), y se fue apagando paulatinamente.

Uno de los últimos intentos por revivir el sello fue en 2018, cuando anunciaron siete nuevos títulos. Uno de ellos era Second Coming, del guionista Mark Russell y el dibujante Richard Pace. Allí, Jesús regresaba a la Tierra y descubría cómo la gente había tergiversado su palabra, mientras terminaba viviendo con un análogo de Superman. Sin embargo, algo ocurrió en la era de las redes sociales. Este pequeño adelanto de la historia alcanzó para que surgiera una petición (online) para que la compañía cancelara ese cómic “blasfemo”. Que es, sin exagerar, diez veces menos blasfemo que títulos de Vertigo como Hellblazer (1993-2000), Lucifer (2000-2006) y el mismísmo Preacher (1995-2000).

DC Comics no canceló la serie, pero comenzó a seguir su proceso de creación con más detenimiento. Y Russell, que ya había publicado excelentes obras con ellos, como la reinvención de Los Picapiedra (2016) y la de El león Melquíades (2018), prefirió trabajar más tranquilo y llevarse su creación a otra parte.

Mientras Vertigo anunciaba su cierre, Russell y Pace desembarcaban en Ahoy Comics, joven editorial con varias caras conocidas que se foguearon en DC unos años antes. Allí fueron editados los primeros seis números de Second Coming, recopilados en un tomo que tuve la oportunidad de disfrutar (en formato digital) y que hicieron más amena una parte de la cuarentena.

¿Blasfemia o no?

Esta historieta no busca ofender a nadie. Hay una larga historia de creadores que saben en qué llaga poner el dedo, como Garth Ennis o Warren Ellis, que tienen el objetivo de molestar a cierto sector de la población que consideran perjudicial para el correcto avance de la humanidad. Russell, que en los cómics mencionados demostró ser un experto en la crítica social escrita desde la empatía, toma una versión ficcionada (guiño) de Jesús de Nazareth y contrasta ese discurso lleno de amor con el discurso de odio de algunos cultos que supuestamente lo tienen como modelo a seguir. Cola de paja pueden tener unos cuantos; ahora, “cola de paja antes de haber leído una sola página” ya es un síntoma preocupante.

Claro que hay irreverencia, en especial para aquellos que dan más peso a la literalidad de una colcha de retazos de 2.000 años que a textos de la comunidad científica. Pero esta obra está escrita desde el amor, al menos, a cierta filosofía que se cuela en el Nuevo Testamento, mientras la gente está preocupada por encontrar versículos del Antiguo Testamento que se opongan al matrimonio homosexual.

Todo comienza con una reinterpretación en clave de humor (el enemigo público número uno de lo solemne) de la Creación. Jesús narra el “origen secreto” de Dios, como si fuera un personaje de poderes cósmicos creado por Jack Kirby. Ante el fracaso del proyecto, su único hijo decide ayudar a la humanidad y comienza en Judea su periplo de 33 años, que termina de la peor manera posible. Él quiere regresar (“Les dije que volvería enseguida”), pero su enojadísimo padre se lo impide. Así, llegamos hasta nuestros días.

A golpes se aprende

En el presente, somos testigos de cómo el superhéroe perfecto, aquí llamado Sunstar, evita el asalto a un banco destruyendo a los robots alienígenas que intentaban dar el golpe... que resultan ser humanos comunes y corrientes con trajes de robot. “Si fueras como él, tus problemas se terminarían”, le dice Dios a Jesús, mirando la escena desde el Paraíso.

Mientras Sunstar y su Lois Lane (llamada Sheila Sharp) discuten sobre las dificultades para adoptar un hijo, el Todopoderoso le pide ayuda al superpoderoso para explicarle a Jesús cómo se debe comportar un “héroe de verdad”. Nada de poner la otra mejilla, sino de patear los traseros de los villanos. De ese modo, lo reciben como nuevo compañero de apartamento.

A partir de ese momento comienza la verdadera historia, que enfrenta al personaje acostumbrado a resolver todo con los puños con uno más preocupado en entender el dolor del otro para ayudarlo a sanar. Claro que aquellos que firmaron la petición jamás llegaron a leer esa parte.

El primer número termina con Jesús diciendo: “El mundo no se salva con violencia, con sobornos, con poder. Se salva siendo tan valiente como para no ser intimidado. Tan honesto como para no ser sobornado. Y cuando fallamos... se salva de a un acto de perdón a la vez”.

Tranquilos, que habrá tiempo para una Liga de la Justicia haciendo terapia de grupo y para un Diablo buscando un pacto con Dios. Pero, sobre todo, es un cómic acerca de la humanidad que utiliza la fe como excusa para dejar que otro haga el trabajo sucio por uno, como cantaba Leo Maslíah en su hermoso tema “Superman” (“¿Qué sería sin ti?”).

Pace en la Tierra

El arte de Richard Pace tiene dos estilos muy distintos: cuando la historia se centra en el Paraíso, o Jesús es el único protagonista, tiene un estilo más sucio, rayado, que es entintado y coloreado por él mismo. Mientras tanto, las páginas de Sunstar tienen tintas de Leonard Kirk y colores de Andy Troy, que le dan un look “clásico” al que están acostumbrados los amantes del género superheroico.

En todas ellas la acción es fluida, sin grandes experimentos en el armado de las páginas, con expresiones faciales que colaboran con la lectura. El equipo creativo une sus poderes para traernos una obra que no estaba pensada para espantar viejas sino para replantearnos cosas. Pero bueno, hay quienes creen que cuestionar es un acto demoníaco.

Second Coming: Volume One. De Mark Russell y Richar Pace. Ahoy Comics, 2020. 168 páginas. En papel y en formato digital.