Ante la cantidad de personas que se concentró en espacios públicos de todo el país el domingo pasado, las autoridades recordaron que dejar de tomar medidas de distanciamiento social puede tener consecuencias “muy graves”. Pero lejos de evitar que la gente salga de sus casas, esta advertencia hizo que salieran más aún. “Yo terminé de trabajar en casa y salí a pasear. Lo que pasa es que la mano viene muy jodida, así que quiero aprovechar para ver el mar lo más que pueda antes de morirme”, aseguró una persona que ayer de tarde estaba recorriendo la rambla montevideana a la altura del Parque Hotel. “El tema es que si hay que apostar a la responsabilidad de la gente, estamos fritos, así que yo mejor me concentro en disfrutar la vida mientras pueda, es decir, antes de que la irresponsabilidad de mis compatriotas haga explotar los casos de coronavirus y yo me termine muriendo en el corredor de un hospital colapsado”.

En el gobierno reconocen que están “desorientados” a la hora de determinar por qué tanta gente salió a la calle el fin de semana. “Como el tema de decirles a los ciudadanos que se quedaran en su casa no estaba funcionando, y que en lugar de hacer lo que les pedíamos se dedicaban a pasear, decidimos probar con psicología inversa, o sea, incentivarlos a que salgan un poco más. Pero en lugar de quedarse en sus casas, esta vez sí nos hicieron caso y empezaron a salir más todavía. Yo ya no entiendo nada”, reconoció una fuente del Ministerio de Salud Pública.