La crisis del coronavirus alteró la vida de todos. Eso los adultos lo comprendemos fácilmente, pero ¿qué pasa con los chicos? A veces no es fácil que entiendan por qué no pueden ir a casa de sus amiguitos, salir a jugar al parque o escupir a las criadas cuando quieren descargarse por algo. Pero lo más difícil de todo, sin duda, y a lo que todos los papis tarde o temprano se van a tener que enfrentar, es explicarles que este año no van a poder ir a Disneyworld. Inevitablemente el anuncio va a traer llantos, ruegos y pataleos de todo tipo, que les van a poner los pelos de punta a los mayores. Pero, ¿podemos culpar a los peques? Claro que no. Si en 15 años la familia pudo viajar a Orlando a pesar de que el país estaba sometido por un gobierno comunista, marxista y más castrista que el propio gobierno cubano, ¿cómo van a entender ellos que esta vez el viaje sí se suspende, y encima por un bichito microscópico que no pueden ver ni siquiera con una lupa? Por eso es importante dejarles bien en claro que este bichito nos priva de muchas cosas lindas, pero el bicho chavista también nos privaba de otras, como la libertad de mercado, las reglas claras para los inversores y la posibilidad de expresarnos contra la hegemonía cultural.