Jair Bolsonaro cesó ayer a su ministro de Salud Pública, Henrique Mandetta, con quien venía chocando fuertemente por diferencias acerca de la lucha contra el coronavirus. El ministro saliente era partidario de imponer medidas de distanciamiento social, mientras que el presidente las rechaza. Tras cesar a Mandetta, Bolsonaro volvió a defender su estrategia, ya que, según explicó, “gracias a ella son cada vez más los brasileños que tiene la oportunidad de visitar a Dios en el paraíso”. Las muertes por covid-19 se vienen incrementando significativamente en Brasil, algo que muchos atribuyen a que no se adoptaron medidas más extremas para combatir la enfermedad. Bolsonaro argumenta que “más allá de ser político, militar o presidente, yo soy un cristiano, y como tal debo hacer todo lo que esté a mi alcance para acercar a la mayor cantidad posible de gente a nuestro Señor”.

El mandatario escribió ayer en Twitter: “A fin de año esperamos llegar a un número récord de compatriotas que viajaron al paraíso a experimentar la dicha eterna. Brasil avanza!”.

El ministro de Economía de Bolsonaro, Paulo Guedes, también salió a defender la estrategia gubernamental. “Con el gobierno del Partido de los Trabajadores las criadas iban a Disneylandia. Con este gobierno van a un lugar mucho mejor, en donde encima no hay que pagar: el cielo”. “¿Alguien puede afirmar seriamente que no estamos mejorando las condiciones de vida de los brasileros?”, se preguntó Guedes en otro tuit.