La pandemia de coronavirus originada a fines del año pasado en la ciudad china de Wuhan superó este jueves el millón de contagios en todo el mundo. El total de muertes de personas infectadas de covid-19 es de 51.485 en más de 180 países, aunque no en todos los casos la muerte puede atribuirse exclusivamente a la nueva cepa viral, sino que en muchas instancias esta actuó en conjunto con otras afecciones preexistentes.

En las últimas semanas, y a pesar de las medidas de contención tomadas por los gobiernos de todo el mundo, el ritmo de contagios continúa creciendo. Los números en ese sentido son bastante engañosos, ya que los test se realizan básicamente a gente que está enferma o que presenta síntomas, por lo que es seguro que a nivel comunitario el número de casos es muy superior a los reportados.

Según los datos recabados por la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, un total de 1.002.159 personas dieron positivo al test de Covid-19. Estados Unidos, que a principios de marzo presentaba un aumento relativamente paulatino de casos, se convirtió la semana pasada en el país con más infectados del mundo. Con 236.339 positivos y más de 5.600 fallecidos, el país norteamericano se enfrenta a una crisis sanitaria sin precedentes.

En Italia, el país con más número de muertos por covid-19, se registraron 115.000 casos positivos de covid-19 y cerca de 14.000 muertes, mientras que España es el tercer país más afectado por el virus, con más de 110.000 casos, y el segundo país con más muertos, con más de 10.000 víctimas, de acuerdo a lo que consignó el portal Europa Press.

Mientras el número de infectados sigue en aumento, la vida cotidiana de miles de millones de personas en el mundo se está viendo afectada y por ello científicos están trabajando en el diseño de alternativas para el futuro próximo.

A propósito de este tema, un investigador del Instituto Weizmann de Ciencias de Tel Aviv, Israel, desarrolló un modelo matemático que propone que haya cuatro días laborables y diez de confinamiento, y no un cierre total de todas las actividades no esenciales, para reactivar la economía y dar un respiro psicológico a las personas mientras prosiga la crisis del coronavirus.

El físico teórico Uri Alon explicó a la agencia Efe que la estrategia que llevó adelante junto a su equipo se basa en que el cierre total de actividades impuesto en China e Italia, modelo que en mayor o menor medida “va copiando el resto del mundo”, de acuerdo a su percepción destruirá la economía global y generará una pobreza y mortalidad de mayores consecuencias que la propia covid-19.

Con este planteo intermedio, “quienes se infecten durante los días de actividad pasarán el tiempo de contagio confinados en casa sin extender el virus y sin infectar en la vuelta al trabajo”, puntualizó el científico israelí en base a su modelo epidemiológico de propagación de la enfermedad.

El principio base es situar el ratio de infección por debajo de 1, el número de individuos que infecta una persona contagiada, lo que erradicaría la pandemia a largo plazo.