No hubo nadie como él. Flotaba, verlo en el aire emocionaba. En su juego se veían el instinto y la agilidad de un animal, la estética de las obras de Miguel Ángel, el liderazgo y el carisma de los jefes únicos, la aplicación al trabajo de los indispensables.

Sería de difícil comprobación, o al menos arriesgada, decir cuál o qué básquetbol fue el mejor de todos los tiempos. Para qué jugar con la arbitrariedad, si cada juego tuvo su goce. Lo que tal vez sí no se pueda desconocer es que hubo un básquetbol antes y otro después de Michael Jordan, el jugador más emocionante de todos.

The Last Dance, serie documental sobre MJ23 y sus Chicago Bulls recientemente estrenada en Netflix, nos pone en condición de revivir aquella historia. Ideal para estar #EnCasa.

Todos los bailes

Mucho antes de ser un fenómeno cultural que trascendió la NBA, a Jordan le tocaron un montón de pistas de baile. No era que bailara mal, sino que la música sonaba en otra frecuencia. Primero fue una profesora: la señora le dijo que se dedicara a las matemáticas porque era inteligente para los números y porque, principalmente, ahí estaba la plata. Jordan, porfiado, sacó la lengua por primera vez.

Después sí, vino la pelota naranja. El primer técnico que tuvo lo dejó al margen. Michael era bueno, tenía talento, pero jugar con su hermano no alcanzaba. Al joven 23 le costó superarse en el juego, pero al final consiguió una beca para jugar en Carolina del Norte, en una de las universidades con mejor reputación en el básquetbol estadounidense.

Mostró ciertas credenciales en la universidad, pero del salón de clases a la vida hay un poco de distancia. Su salto a la NBA no se hizo esperar, tampoco sus primeras grandes temporadas ‒como la del 87-88, en la que promedió 35 puntos por partido, fue el MVP y obtuvo el premio a mejor defensa del año‒, pero no podía liderar rumbo al campeonato a sus Bulls. Simple: tenía enfrente a otro de los grandes equipos de todos los tiempos, los Detroit Pistons de Isaia Thomas. Esa temporada y las dos siguientes los Bulls no pudieron hacer nada ante los Pistons, y quedaron eliminados, incluso, ya con Scottie Pippen y Horace Grant como compañeros de MJ.

Air Jordan, en una entrevista reciente, dijo: “Nací aprendiendo a convertir lo negativo en positivo”. Más allá de lo romántico, algo de eso hubo para que el 23 de los Chicago Bulls cambiara su historia para siempre. Consiguió seis títulos de la NBA ‒1991, 1992, 1993, 1996, 1997 y 1998‒ y dos medallas olímpicas de oro, Los Ángeles 1984 y Barcelona 1992.

Sobre su última temporada en los Bulls, la de 1998, va The Last Dance ‒que se iba a estrenar más adelante en el año, pero el coronavirus adelantó la jugada‒. Los dos primeros capítulos están a un clic de distancia. Y vuelan.

Magic Johnson y Larry Bird, otros grandes

En sus distintas señales, ESPN está haciendo un muy buen uso de su tiempo. En especial, y por eso la recomendación, con una serie documental llamada 30 for 30, en referencia a los 30 años del canal de cable y a 30 historias deportivas.

El fin de semana pasado se pudo ver la saga del ex mariscal de campo de la NFL Michael Vick; antes se pudo ver la historia sobre la tragedia de Hillsborough. Conviene estar al tanto de la programación de ESPN porque las historias, pero sobre todo los enfoques, son buenísimos. A propósito de básquetbol de la NBA, el lunes de noche presentó el primero de tres capítulos sobre una rivalidad legendaria: Boston Celtics versus Los Angeles Lakers.

Larry Bird una vez comentó que, sobre los enfrentamientos con Earvin Magic Johnson, “se hablará de aquí a 100 años”. Desconozco cuántos años pasaron desde su comentario, pero estimo que se hablará hasta que el viento deje de llevar el polvo; Magic Johnson, otro día, reflexionó indirectamente sobre esas palabras de Bird: “Sabés que tenés ese vínculo estrecho. Siempre estaré relacionado con él”.

La primera gran final que jugaron entre sí no fue en la NBA. Fue en el básquetbol universitario, cuando dirimieron el título de la NCAA 1979, Johnson jugando para Michigan State, Bird para Indiana State. La victoria fue 75-64 para Michigan State y Magic venció por primera vez a Bird. Pero después hubo más, mucho más. Sobre ese ida y vuelta en la NBA ochentosa está basada la historia que presentó ESPN, uno de los mejores duelos entre los mejores de todos los tiempos.