Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

En política, hay que tomar con pinzas las palabras elegidas por cada actor para describir los hechos.

El aumento de casos de covid-19 en Rivera llevó, lógicamente, a que el gobierno nacional moviera sus perillas, y hubo una conversación por teléfono entre el presidente Luis Lacalle Pou y su par brasileño, Jair Bolsonaro. Según informó Lacalle Pou, se pusieron de acuerdo para “poner en práctica un tratado existente de monitoreo binacional sanitario”. Suena muy bien, pero si tenemos en cuenta los peculiares criterios de Bolsonaro sobre la epidemia, lo más importante será lo que se haga en nuestro país. Por el momento, se decidió postergar la reapertura de escuelas en la ciudad de Rivera, pero allí se mantendrán las actividades comerciales, propicias para las aglomeraciones y el contacto entre personas de los dos países, y no está claro en qué medida será posible disminuir el tránsito de personas entre la capital departamental y el resto de Uruguay.

Por otra parte, la vicepresidenta Beatriz Argimón anunció ayer que los partidos de la “coalición multicolor” se pusieron de acuerdo para “votar todos los artículos” del proyecto de ley de urgente consideración. Le faltó decir que “todos los artículos” no son los 501 que ingresaron al Parlamento el 23 de abril. Se acordó aprobar 466, ya que 35 de los enviados por el Poder Ejecutivo fueron “retirados”, ya que no contaban con el respaldo suficiente. De los 466 que se aprobarán, 330 fueron modificados, y sólo quedaron como estaban 136, muy poquito más de 21%. Es obvio que el proyecto no estaba tan discutido y acordado previamente como se dijo.

Esto reafirma algo que ya sabíamos: la coalición encabezada por Lacalle Pou no tiene mayorías parlamentarias aseguradas de antemano, y los partidos Colorado y Cabildo Abierto, indispensables para aprobar proyectos de ley, se proponen marcar los perfiles que los diferencian del Partido Nacional. Esto no es malo ni bueno, es simplemente una realidad política, un poco distinta de la que Lacalle Pou prefiere describir.

Por último, anoche el presidente visitó a Tabaré Vázquez, para conversar con él sobre el extenso documento “Propuestas para un plan estratégico nacional en respuesta al impacto de la pandemia”, redactado por un grupo coordinado por Vázquez, que el Frente Amplio (FA) entregó en Presidencia el 19 de este mes. Los escenarios importan, y fue un gesto amable de Lacalle Pou dejar que su antecesor fuera locatario (la imagen habría sido distinta si Vázquez hubiera sido recibido en la Torre Ejecutiva). Las declaraciones posteriores al encuentro del actual mandatario fueron de tono conciliador, pero su sustancia no indica la apertura a un “acuerdo nacional” como el propuesto por el FA. Lacalle Pou dijo que hubo “más coincidencias que diferencias, en grandes rasgos”, pero acotó que mucho de lo planteado en el documento era “de sentido común”, que “puede haber diferencias en la aplicación”, y que algunas ideas del FA ya se habían descartado, porque “los recursos no son abundantes”. En definitiva, no anunció que hubiera aceptado ninguna de las propuestas específicas que se le presentaron.

Hasta mañana.