Al que no se le dio por reformar es un converso de la masa madre: riesgos por doquier en esta cuarentena. A cada afición hogareña parece corresponder un reglamento de precauciones. Así lo detalla un listado de consejos elaborado por el Banco de Seguros del Estado (BSE), que va desde evitar enchufar muchos dispositivos en un mismo lugar hasta limpiar periódicamente la grasa de los extractores. En la misma línea, está dictando cursos gratuitos sobre seguridad entre cuatro paredes.

Comenzaron vía web, con Educantel, el 30 de marzo, y en la primera semana ya tenían más de 100 participantes. Es un curso de tres unidades, en el que se avanza de acuerdo al tiempo que cada cual le pueda dedicar, bastante práctico y sencillo como para completar en un día. “Queremos, justamente, transmitir consejos bien rápido”, dice Valeria Acosta, coordinadora de este entrenamiento básico contra siniestros.

“Veníamos trabajando en seguridad en el hogar desde 2018. Hacíamos folletos que entregaba el BSE y el año pasado tuvimos instancias de trabajo directamente con Plan Ceibal, llevando estas recomendaciones a las escuelas, orientando a los niños a identificar el peligro”, cuenta. Este año se decidió transmitirlo a todo público. Lo organizaron en tres partes: cada unidad habla de diferentes riesgos y medidas de precaución que deberían tomarse. “En esta etapa, en la que uno tiene que estar en el hogar y la gente se dedica a hacer más reformas, utiliza cualquier tipo de escalera o accesorio para subir a otro nivel. En las cocinas es donde mayores riesgos y lesiones hay”, resume la funcionaria.

Los consejos atañen tanto al cuidado del equilibrio (los temidos resbalones) como a los cortes, la electricidad y el fuego. La primera unidad habla de riesgo eléctrico, electrocuciones, incendios, explosiones y lastimaduras. Le sigue un programa general que comprende caídas desde distintos niveles o de distintos objetos, y sus respectivos riesgos, como golpes y cortes, así como los sobreesfuerzos, propios de alguien que está en su casa y no mide correctamente su fuerza antes de ponerse a mover muebles, sin ir más lejos. “En el trabajo siempre hay algún compañero prevencionista, pero cuando uno llega a su casa, se descansa. No adoptamos las recomendaciones que debemos”, dice Acosta, alerta contra esa falsa seguridad que otorga un entorno familiar.

“De repente es nombrada la seguridad vial, o es común escuchar sobre seguridad laboral, porque hay más decretos, pero en realidad cuando uno habla de tranquilidad en lo primero que piensa es en su hogar, donde uno se refugia”. Y subestimamos tanto los riesgos que bajamos la guardia. “Nos confiamos porque nos sentimos protegidos, y es entonces que entra el factor humano, el error, lo que provoca los mayores accidentes”, recalca.

La unidad tres aborda intoxicaciones, alergias e irritaciones. Esto comprende los accidentes que ocurren por dejar el gas abierto o por el uso combinado de productos químicos, por ejemplo, para limpieza, pensando que al sumarlos se potencia la desinfección. Al contrario, pueden generar gases irritantes. Acosta sugiere pasar primero un paño de algún producto de limpieza y luego recién el desinfectante. Lo mismo vale para el lavado de platos: ir paso a paso es mejor. Otra medida de atención es ver dónde guardamos los productos, ya que la opción “bajo mesada” no es una buena solución si hay niños en edad exploratoria en la casa. Otra prevención es supervisar los envases en los que se va a fraccionar una compra a granel.

En cuanto a las alergias e irritaciones, pueden responder al contacto con productos químicos o ser consecuencia de la interacción con animales. Por eso el curso también instruye sobre el trato y los cuidados higiénicos que debe darse a las mascotas.

Tras hacerse un usuario en la plataforma educativa de Antel, Educantel, e ingresar al apartado de Ciudadanía y Sociedad, para el taller de seguridad en el hogar, al interesado se le ofrecen distintos tipos de foros donde plantear temas: a raíz de la pandemia de coronavirus, hubo muchas consultas específicas. La idea es que cada uno aporte a la vez su experiencia.

La bibliografía está en formato PDF, en algunos casos hay videos y tras finalizar cada unidad se plantea un cuestionario. Más allá de que al final, si la participación y el número de respuestas correctas son suficientes, se expide un certificado, “el curso permite adquirir conocimientos o de repente hacer ese clic para ponerlos en práctica”. Ya que en esta instancia global se va extendiendo el uso de plataformas educativas, “no sólo para niveles técnicos, de gente involucrada con la seguridad, sino para todo tipo de personas y de edades, de 30 para arriba se interesaron”.

Las estadísticas sobre dónde ocurren mayormente los accidentes no está actualizada, aunque un estudio que data de 2017 registra una prevalencia de quemaduras originadas en los extremos vulnerables, ya sea por desconocimiento o impericia motriz: niños y adultos mayores. “También hay mayor exposición”, admite Acosta, “porque lo que uno más utiliza en su día a día es la cocina convencional, y si se pone a evaluar todos los riesgos que tiene, es una gran combinación”. De allí la importancia de inculcar el riesgo sin transmitir miedo, dice.