La situación de crisis sanitaria que estamos viviendo nos interpela a todos quienes tenemos vocación de servidores públicos. Es a nosotros a quienes nos corresponde reflexionar y actuar, proponer nuevas formas de encarar la gestión de la ciudad y el departamento en el futuro, pensando en el ahora y también en el día después.

Gobernar Montevideo en esta etapa deberá incluir en primer lugar la capacidad de anticipar escenarios y hacerse preguntas que hasta ahora no habíamos imaginado. Y es que el mundo luego del coronavirus no será el mismo y Montevideo tampoco. Dependerá de todos nosotros que con planificación e imaginación construyamos el mejor Montevideo para que la gente disfrute la vida, se recupere la justicia social y se refuerce la convivencia a la vez que se protege la salud de todos.

Considero que para ello es fundamental desarrollar nuestra capacidad de aprender de lo que está ocurriendo. No nos será posible avanzar en esta nueva realidad sin hacernos aquellas preguntas que nos permitan continuar transitándola en colectivo, como lo vienen haciendo, con solidaridad, las y los montevideanos.

¿Tenemos condiciones en nuestro departamento para hacerlo posible? Claro que sí. Esta Montevideo que hoy está en obras tendrá nuevas infraestructuras, pero además ahora es momento de dar nuevos pasos. Por ejemplo, es tiempo de peatonalizar algunas calles para que la ciudad sea cada vez más caminable. Sin lugar a dudas, deberemos ampliar y mejorar la multimodalidad en el transporte y mejorar la infraestructura para el uso de las bicicletas, aumentando sustancialmente su cobertura, como propone el programa de nuestra fuerza política. Con mis equipos estamos pensando y trabajando en definir nuevos modos de retomar el disfrute de los espacios abiertos, las actividades al aire libre y la recreación.

Es importante pensar, juntos, cómo podremos retomar la actividad y organizar la convivencia, cómo resignificar y volver a usar los lugares y momentos de encuentro, la dinámica colectiva. Creo que es uno de los aspectos que más valoramos en nuestra querida ciudad: las oportunidades de encuentro, de disfrutar la vida en comunidad, de interacción y de enriquecimiento colectivo; la vida barrial y en los centros comerciales; el deporte y las fiestas; los espectáculos y las actividades culturales, en las calles y los espacios abiertos.

Para que esto ocurra será necesario abordar cuestiones tan diversas como la movilidad ambientalmente sostenible y las condiciones para volver a usar y disfrutar los estadios deportivos y los centros de espectáculos, las ferias y los mercados.

Esto implica pararnos en esas fortalezas que los montevideanos ya hemos construido y seguir avanzando a partir de ellas. En las capacidades técnicas y humanas y en la aplicación de la tecnología y de la información para una gestión inteligente y una planificación adaptativa en función de las circunstancias cambiantes. El Montevideo inteligente es ya una realidad entre nosotros, con el Centro de Gestión de la Movilidad, los muchos trámites que podemos hacer desde nuestras casas y otras tantas posibilidades que disponemos como gobierno de acceder a información en tiempo real para redirigir y resolver más afinadamente nuestras líneas de acción en un futuro próximo.

Durante un tiempo los espectáculos públicos deberán cambiar algunas de sus características, particularmente las que están relacionadas a la cantidad de público admisible en salas de teatro, cine y lugares de esparcimiento. Cómo disfrutar y festejar en forma segura es el desafío que tenemos mientras los efectos la pandemia se prolonguen. Por eso será necesario establecer reaperturas paulatinas con una escala de público que sea, por ejemplo, de 30%, 50% y 75% del aforo habilitado. Son acciones que deberán tener en cuenta los necesarios sistemas de apoyo a la cultura para que pueda ser viable la reapertura en forma escalada.

Creemos que se debe establecer políticas especiales de acceso y permanencia para el disfrute en las 30 playas de la ciudad, tomando como referencia las mejores prácticas que se desarrollen durante el verano, ahora mismo, en el hemisferio norte, en particular en Europa. Si bien faltan ocho meses, es necesario prefigurar las acciones para que el disfrute de la vida sea protegiéndonos a todos.

Desde el punto de vista estrictamente sanitario creemos que hay que profundizar la sanitización de espacios de convivencia ciudadana, además de potenciar la limpieza y el uso del alcohol en gel en las dependencias de la Intendencia, con énfasis en nuestras policlínicas, y estudiar la posibilidad de incorporarlos en estaciones saludables y en las nuevas EMI (estaciones inteligentes de Montevideo).

También consideramos que es preciso apoyarnos en el cambio cultural y en los aprendizajes sociales que ahora mismo estamos haciendo. Ese cambio cultural debe estar presente en todo aquello que hace a un desarrollo ambientalmente sostenible: en los modos de producción y de consumo responsable, en el reciclaje y la promoción de la economía circular.

Por último, considero que no es posible relegar algo tan importante y que angustia tanto a muchas personas hoy: poder tener un trabajo y un ingreso digno. Es necesario avanzar en la creación de empleo y de ingresos, por medio de iniciativas locales y de la economía social; y también del estímulo a la inversión pública y privada. El gobierno departamental tiene un amplio campo de acción en esta materia.

Los desafíos que nos toca enfrentar son enormes.

La creatividad y la capacidad de respuesta de los montevideanos son la clave para enfrentarlos y salir adelante, juntos; con más fuerza y con más solidaridad.