La Comisión Especial que analiza la ley de urgente consideración (LUC) en el Parlamento recibió este miércoles a una delegación del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y del Instituto Nacional de Carnes (Inac) para analizar el capítulo del proyecto que introduce modificaciones a las competencias y objetivos de ese instituto. Las innovaciones incluidas en los artículos 354 al 366 fortalecen y amplían las competencias del Inac en lo que refiere a la habilitación, inspección e incluso a la sanción de las carnicerías en todo el país (que hasta ahora se limitaba a Montevideo) y eliminan la autorización previa y el control de la constancia oficial de exportación de este instituto.

Legisladores de la oposición y de la coalición cuestionaron algunas de las innovaciones, por considerar que la intención de ampliar el campo de acción del Inac podría implicar la superposición de sus tareas con las actividades encomendadas a otros organismos, como el MGAP y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Asimismo, se manifestó preocupación en ambos frentes respecto de la eliminación de la autorización previa de exportación: “Abandonar el rol del Estado y pensar que el mercado sólo resuelve, a los efectos de que cada empresa cuide su marca, es para el país un retroceso gigantesco”, opinó el senador frenteamplista Óscar Andrade.

“En el artículo 355 se elimina del numeral 4 la siguiente oración: ‘La autorización previa y la constancia de control oficial de calidad comercial serán requisitos indispensables para habilitar la exportación’. A mi juicio, esa eliminación es grave, porque se trata de la principal herramienta del Inac para garantizar la calidad de los productos exportados, respondiendo a los pedidos del comprador”, sostuvo Eduardo Bonomi durante su intervención. El ex ministro del Interior señaló que en la actualidad “Uruguay es de los países que tienen menos retorno de los contenedores por exportadores”, lo cual “se debe a los controles del Inac”. “Hasta ahora los que compran y pagan bien observan los controles, por lo que creo que nosotros no deberíamos bajarlos, porque eso nos perjudicaría a nivel comercial”, advirtió.

En la misma línea, los senadores Jorge Gandini, del Partido Nacional, y Tabaré Viera, del Partido Colorado, coincidieron en la preocupación por la eliminación de ese control. Gandini advirtió sobre “el peligro que puede significar, no en el vínculo comprador–vendedor, exportador–importador, sino en lo que refiere a los mercados, que es a lo que a Uruguay le cuesta mucho acceder”. Viera, por su parte, enfatizó en la necesidad de “trabajar para que queden claros los controles que el país va a hacer para asegurar la calidad y su prestigio en las exportaciones cárnicas”.

Por otra parte, el senador blanco Sergio Botana se manifestó contrario a la extensión del contralor del Inac a las carnicerías del interior del país. “Estas obviamente no tienen ni siquiera el mismo riesgo sanitario, pero tampoco tienen la posibilidad de niveles de inversión como los que se requieren para las instalaciones de carnicerías en zonas como, por ejemplo, Pocitos. La apertura de este tipo de políticas nos ha dejado sin los mataderos en todos nuestros pueblos”, aseguró el ex intendente de Cerro Largo, que calificó la medida de “una condena para el trabajo, para el consumo familiar que tiene que pagar carnes a precios muchas veces inalcanzables para esa población”.

“Si el problema es la inocuidad, entonces habría que agregar un numeral que obligue al Inac a inspeccionar todos los lugares en los que se carnea, y se carnea también en las estancias y establecimientos rurales. Entonces, el Inac debería recorrer todos los mataderos de las estancias, todos los carneaderos de las estancias, sus carnicerías, y controlar allí la inocuidad de la carne”, reflexionó Botana. El senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech coincidió con su socio de la coalición en que la “desaparición de las carnicerías del interior responde a exigencias desmedidas”. “Las carnicerías son negocios familiares que, además, permiten al modesto productor vender una vaca que se le mancó o algún animal de descarte, lo que tiene repercusiones económicas en esas pequeñas comunidades”, expresó.

En respuesta, el titular del MGAP, Carlos María Uriarte, transmitió a los senadores “la más absoluta garantía de que vamos a ser fieles veladores de lo que Uruguay ha ganado durante tanto tiempo y con el esfuerzo de todos”. “En el acierto o en el error, vamos a poner como prioridad que las modificaciones aseguren que nuestros productos sigan teniendo el prestigio que han logrado hasta ahora”, prometió.