La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) se puso a disposición del gobierno para “asesorar y evacuar dudas” con el fin de poner en práctica, nuevamente, el etiquetado frontal de alimentos procesados. La disposición, regulada en el Decreto 272 de 2018, entró en vigencia el 1º de marzo de este año y estuvo vigente sólo diez días, puesto que un nuevo decreto de Luis Lacalle Pou, emitido el 11 de marzo, postergó su aplicación por 120 días.

“La letra chica de los envases, a veces difícil de leer o de entender, es conocida. Pero en los últimos años Uruguay avanzó en lograr una mejor manera de informar a las personas, un camino en el cual está, de momento, detenido”, cuestionó la oficial en Nutrición y coordinadora de la Red Internacional de Sistemas de Datos en Alimentos de la FAO en América Latina y el Caribe, Ruth Charrondière, en un artículo publicado en la página oficial del organismo. Destacó que el decreto del gobierno anterior fue “fruto de extensas consultas e intensas negociaciones con diversos actores”, y que incluso se brindó un período de 18 meses de adaptación para la industria. “Experiencias y estudios internacionales muestran que el etiquetado frontal de alimentos procesados ayuda a comprender qué contienen y a mejorar la calidad nutricional de la oferta”, indicó Charrondière.

La referente regional insistió en que “sería un paso importante hacia una mejor salud para la población de Uruguay si el decreto de etiquetado se implementara lo antes posible”, y señaló que “el caso de Chile demostró su éxito, sin que se produjera un colapso de la industria alimentaria”.

Carta al presidente

La Coalición Latinoamérica Saludable (Clas), que nuclea a más de 300 organizaciones latinoamericanas –entre ellas sociedades médicas, organizaciones de pacientes, de la salud, de consumidores, entidades religiosas y académicas– le envió, el 31 de mayo, una carta a Lacalle Pou con la intención de “apoyar la implementación inmediata del rotulado frontal de alimentos altos en nutrientes críticos”, dice el texto firmado por la coordinadora de la Clas, Beatriz Marcet Champagne.

La carta expresa que el rotulado frontal de alimentos “ofrece mejor información para el consumidor” porque la que se brinda actualmente “es insuficiente, difícil de entender y poco transparente”. Afirma que “el decreto no contraría la norma actual del Mercosur” porque “las normativas del Mercosur no excluyen avanzar en las políticas públicas necesarias para proteger la salud de la población, en virtud de la soberanía de cada Estado miembro”. Señala, además, que el Decreto 272/018 “considera la posibilidad de una futura armonización de acuerdo a criterios dentro del Mercosur” y que la espera de una posible armonización “resulta un atraso significativo (de aproximadamente seis años) e innecesario”.

La carta adjunta un documento elaborado por la Incubadora de Defensa de la Salud Global, que además de afirmar que el etiquetado frontal de alimentos no contradice las normas de armonización del Mercosur recoge otras experiencias regulatorias similares. Pone como ejemplo “el etiquetado de alérgenos y de transgénicos en el que avanzó Brasil de manera unilateral, los diferentes etiquetados de gluten que contienen los diversos países del bloque, y las variaciones en los etiquetados según los criterios de definición de chocolate de Argentina y de Uruguay”, que ya muestran los diferentes caminos tomados por los países.

La carta de la Clas agrega que, en situación actual, en la que no todas las empresas implementaron el etiquetado, “genera una competencia desleal”. Cita que el rotulado nutricional tiene un alto nivel de aceptación y, así como la FAO, menciona que en Chile el rotulado frontal no tuvo efectos negativos sobre el empleo ni sobre el salario real de los trabajadores.

Añade que la postergación de la implementación del etiquetado frontal “es un mecanismo bien conocido que usan algunas industrias e importadores de productos alimenticios no saludables para evitar o retrasar políticas”, y concluye que la implementación del decreto “beneficiará a toda la población, pero en especial a los más humildes, porque fortalecerá el derecho a la alimentación y a recibir información concisa y entendible”.

Apoyo de sociedades científicas

En un comunicado de prensa que difundió este miércoles el Sindicato Médico del Uruguay, 27 sociedades científicas uruguayas difundieron “su postura a favor del etiquetado frontal de alimentos”. El texto menciona el problema sanitario que representan el sobrepeso y la obesidad, el riesgo que representa el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, y el beneficio del rotulado frontal, que proporciona información nutricional de manera clara y de rápida lectura.

Según un estudio de la Universidad de la República y de UNICEF que se publicó la semana pasada, 58% de los encuestados respondió que cambió su decisión de compra al ver los octógonos. “La reacción más frecuente fue comprar un producto similar sin octógonos”, a la que siguió la de comprar un producto con menos octógonos.