Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Mientras continúa la detección de casos de covid-19 en Treinta y Tres (donde estaba previsto que eso ocurriera, y la situación se mantiene en términos manejables) y se afina el repertorio para el tratamiento de la enfermedad, por ahora sólo paliativo, otros procesos, políticos y sociales, se van ajustando con dificultades.

El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, cumplió con los trámites para asumir el cargo en su domicilio, donde está en cuarentena por haber llegado de España, por lo menos hasta el lunes de la semana próxima. Por ahora ha evitado hacer declaraciones políticas, y en particular no se ha referido a sus intenciones en relación con las nuevas políticas de la cancillería que anunció, cuando estaba por irse, su predecesor Ernesto Talvi.

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo que se aplicarán “los lineamientos que establecimos en el programa de gobierno común”, en referencia al documento “Compromiso por el país” que firmaron los partidos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto y De la Gente entre la primera y la segunda vuelta de las últimas elecciones. Hilando fino, se podría interpretar que, en opinión de Delgado, la tarea realizada por Talvi no cambió nada.

Lo que queda por verse es si Bustillo acompañará con más entusiasmo que el dirigente colorado algunas definiciones adoptadas por el presidente Luis Lacalle Pou que implican un fuerte alineamiento con Estados Unidos acerca de Venezuela y de la próxima presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo.

Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol, compareció ante la Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado, y la mayor parte de su exposición se centró en la muerte por hipotermia de Gustavo Castro, a quien no se había permitido ingresar a un refugio del Mides en la noche del martes, por falta de lugar.

Bartol asumió que hubo una “falta de coordinación” que impidió salvar la vida de Castro, pero no dejó claro en qué medida piensa que la responsabilidad fue del ministerio que dirige, de la Fiscalía o de la Policía. En todo caso, sus explicaciones derivaron una vez más hacia la crítica de lo hecho por el gobierno anterior y el elogio de lo que se ha hecho desde que él asumió.

Los senadores del FA quedaron “relativamente disconformes”, no sólo con lo expuesto sobre ese trágico hecho, sino también porque tenían interés en abordar varios aspectos más de la gestión del ministro.

Mientras tanto, en el movimiento sindical se analiza la idea de promover un referéndum derogatorio cuando se convierta en ley el proyecto de urgente consideración. Algunos sindicatos, como la Federación ANCAP, tienen posición tomada a favor de esa iniciativa, y en otros hay ambiente propicio para llevarla adelante, pero en algunos más se plantean dudas.

En el estado actual de reflexión sobre el asunto, el común denominador es que si el PIT-CNT se embarca en una campaña de recolección de firmas, debe hacerlo en el marco de una alianza amplia que aumente las probabilidades de éxito, porque hay conciencia de que el camino puede ser cuesta arriba en la actual coyuntura.

Hasta mañana.