Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El Índice Medio de Salario Real cayó por cuarto mes consecutivo en mayo, con una disminución de 0,53% que acumula 3,13% de decrecimiento en 12 meses, y 1,89% en lo que va del año. Esta situación, sumada a la del empleo, aumenta la necesidad de políticas sociales como las que tiene a su cargo el Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC). Por lo tanto, los anuncios realizados ayer por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) sobre el futuro de ese sistema causan especial preocupación, y además implican un importante desconocimiento de la naturaleza del sistema y de su marco legal.

La Ley 19.353, que creó en 2016 el SNIC y fue aprobada por todos los partidos, establece que las personas en situación de dependencia (entre ellas, la población infantil y buena parte de las personas mayores) tienen derecho a recibir cuidados, mediante la “coordinación, consolidación y expansión de servicios existentes” y “un conjunto articulado de nuevas prestaciones”, que el sistema regula. Todo esto es, a la vez, una política de emancipación de las mujeres, sobre quienes recaen históricamente casi todas las tareas de cuidado.

Las políticas en la materia no están a cargo del Mides. Hay una Junta Nacional de Cuidados, integrada por ese ministerio y por los de Educación y Cultura, Trabajo y Seguridad Social, Salud Pública y Economía y Finanzas, junto con la OPP, el Codicen, el BPS, el INAU y el Congreso de Intendentes. La Secretaría Nacional de Cuidados funciona en el Mides, pero es parte del SNIC, como órgano ejecutor.

Ayer, junto con la noticia de que el secretario nacional de Cuidados, Daniel Radío, pasará a la Junta Nacional de Drogas, el Mides comunicó que su lugar será ocupado por Gabriela Bazzano, actual titular del Programa Nacional de Discapacidad (Pronadis), y que esto implica una “unificación” de los dos organismos. El subsecretario, Armando Castaingdebat, habló de unificar “dos programas”, pero, como vimos, la Secretaría de Cuidados no es un programa del Mides, y mucho menos lo es el conjunto del SNIC.

Castaingdebat dijo que lo que se venía haciendo es “un muy buen programa de países ricos”, pero que “hay que adaptarlo a la realidad del país”. Da la impresión de que la idea es transferir a otras instituciones varias de las tareas que ejecuta hoy la secretaría, desarticulando así lo que se articuló en 2016, y en esa dispersión asignarle al Mides algunos programas, al parecer cercanos a los que lleva adelante Pronadis.

En todo caso, resulta obvio que para concretar esto habría que aprobar una nueva ley, en la que el Poder Ejecutivo explique qué pasará con cada una de las políticas que se coordinan en el SNIC (y también con las que estaba previsto que este incluyera, pero que aún no habían comenzado a ejecutarse).

Y ya que hablamos de tareas previstas cuyo futuro es incierto, ayer Ernesto Talvi dio a conocer, con bombos y platillos, los lineamientos de una “nueva diplomacia económica y comercial” a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores, pero también se supo que Talvi será reemplazado la semana que viene por Francisco Bustillo, que actualmente es embajador en España y que no integra el Partido Colorado.

Hasta mañana.