Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El paro general de ayer tuvo una importante adhesión, y confirmó una creciente reactivación del movimiento social, luego de varios meses en los que le costó adecuarse a los cambios asociados con la emergencia sanitaria, no sólo por las posibilidades acotadas de movilización, sino también porque los resultados en la prevención de contagios han sido un imprevisto y potente motivo de aprobación al desempeño presidencial.

La central sindical y la Intersocial tienen presente que, con el paso de los meses, es muy probable que las pérdidas de empleo y de salario real comiencen a incidir más en el estado de ánimo de la gente. En estos temas vienen centrando sus reclamos, y la idea de promover un referéndum contra la ley de urgente consideración parece apuntar no sólo al objetivo de anularla en parte o totalmente, sino también al de recuperar terreno en términos de militancia y organización, y al de ampliar alianzas y capacidad de convocatoria.

Se trata, en gran medida, de una batalla por la opinión pública, y en este sentido importa incluso el impacto de hechos y dichos que podrían ser considerados relativamente menores por sí mismos, pero que contribuyen a prestigiar o desprestigiar al oficialismo o la oposición. Un ejemplo es la controversia referida a los viajes oficiales que realizó Miguel Ángel Toma, cuando era secretario de Presidencia, junto con una contadora de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo.

Otro ejemplo se relaciona con las políticas del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, cuya titular, Irene Moreira, parece combinar la sana intención de lograr soluciones habitacionales con la de capitalizar esos logros para su partido, Cabildo Abierto.

Moreira ha manifestado más de una vez que considera viable y conveniente construir viviendas de madera, como se hace en otros países, e incluso ilustró esa idea diciendo que en Uruguay se le da demasiado crédito al cuento de los tres chanchitos. Quizá no tiene en cuenta que en nuestro país se plantan mayoritariamente, con miras a la producción de pasta de celulosa, árboles de madera relativamente blanda, poco adecuada para hacer casas.

Por otra parte, es poco probable que contribuyan al prestigio oficialista las declaraciones realizadas ayer por Lacalle Pou, en las que reconoció que sólo tenía una idea general sobre los contenidos del proyecto de presupuesto que firmó y envió al Parlamento.

En las mismas declaraciones, el presidente respondió a dichos de su antecesor, Tabaré Vázquez. Este había dicho que el Ejecutivo hace “gárgaras con la transparencia”, pero que hay “oscurantismo” en relación con el presupuesto. Lacalle Pou replicó que sí hay “transparencia”, y dio la impresión de que ninguno de los dos había consultado el diccionario. “Oscurantismo” significa “oposición sistemática a la difusión de la cultura” o “defensa de ideas o actitudes irracionales o retrógradas”. Si lo hay o no en el proyecto de presupuesto es, sin duda, una discusión pertinente, pero parece que ambos estaban hablando de otra cosa.

Hasta el lunes.